Arturo Caballero
CEO de A2G
Las decisiones de inversión hoy en día, además de incorporar información sobre los estados financieros y el contexto económico respecto a las empresas, deben incluir otro tipo de variables extra financieras dentro de su análisis.
Los aspectos relacionados al medio ambiente y el cambio climático; los relacionados al ámbito social, género e inclusión; y los relacionados al buen gobierno corporativo de las empresas, son aspectos críticos a tomar en cuenta para hacer una inversión sostenible, inteligente y lo más predecible posible.
El concepto de inversión sostenible existe desde hace más tiempo del que uno puede pensar, sin embargo las inversiones sostenibles se han incrementado visiblemente en los últimos años, más aún desde la aparición del COVID-19 y la necesidad de una recuperación económica luego de la pandemia.
Hoy en día resulta vital para cualquier compañía generar oportunidades de inversión y que con ella pueda generar impactos positivos. Esta inversión está regida bajo los criterios ASG (ambiental, social y gobernanza).
Así, a nivel ambiental, las empresas que se preocupan por el uso sostenible de los recursos estarán menos expuestas a la insolvencia. A nivel social, las compañías con mejores prácticas laborales tendrán una fuerza de trabajo más productiva y serán menos propensas a conflictos laborales. A nivel de gobierno corporativo, mientras más transparencia en la gestión con los accionistas e inversionistas, la empresa obtendrá mejores condiciones y será más sustentable y competitiva.
La inversión ASG sigue ganando terreno a nivel global. A diciembre de 2020, existen más de 4,500 fondos de inversión ASG o inversión sostenible, con un manejo de cerca de USD 2 mil millones. Según la última edición del informe Global Sustainable Fund Flows, elaborado por Morningstar, el universo sostenible global atrajo USD 185.300 millones de dólares en entradas netas solo en el primer trimestre de 2021.
Según este estudio, el presente año comenzó con los inversores europeos destinando grandes cantidades de dinero a los fondos ASG existentes alrededor del planeta, destinándose el 79,2% a fondos europeos, 11,6% a Estados Unidos y el resto del flujo fue para Canadá, Australia, Nueva Zelanda, Japón y Asia juntos.
En el Perú desde el 2014 se lanzó el Programa de Inversión Responsable (PIR), iniciativa del sector privado que busca promover la inversión sostenible y la inclusión de las variables ASG en el ecosistema financiero peruano. A la fecha son 19 las instituciones financieras que vienen trabajando conjuntamente en la promoción de una inversión ASG, que representan más de USD 83 mil millones, y que trabajan para ir incorporando mejores prácticas de Sostenibilidad y elaborando sus políticas de inversión responsable, así como sirviendo de voceros para su difusión y entendimiento. La búsqueda del desarrollo de capacidades en los actores financieros, así como la gestión más sostenible de sus portafolios, es parte de los retos presentes.
Desde el Estado y los reguladores también están habiendo pasos importantes en nuestro país. La SMV ya obliga a hacer un reporte ASG a las compañías que regula; la SBS está a punto de incorporar legislación que incorpora la visión ASG como parte del análisis de riesgos de las AFP; y la BVL viene trabajando en el desarrollo de indicadores ASG junto con S&P para el mercado peruano.
Estamos en un contexto en el cual la inversión ASG y la búsqueda de la sostenibilidad en los actores financieros está siendo cada vez más internalizada. Es una tendencia global que ya llegó… y viene para quedarse.