Por Stakeholders

Lectura de:

Por Silvana Caro
Directora Ejecutiva de Soluciones Conjuntas

La presentación de la Agenda 2030 por la ONU en el 2015 fue gestada sobre consensos que, entre otros, asumía una premisa: “Nos necesitamos porque somos interdependientes”. Esta interdependencia se refleja tanto en la definición de los propios Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que deben ser alcanzados en su conjunto, como también en el llamado al involucramiento de todos los actores y sujetos sociales. La convicción está latente, nuestras acciones u omisiones generan efectos inmediatos, pero también conforman los impactos y problemas socioambientales que nos trascienden en tiempo y espacio con afectaciones difíciles de estimar y cuantificar. Los problemas son compartidos y las soluciones deben serlo también. Es así que se incorpora el ODS 17 buscando implantar una nueva forma de abordar las intervenciones en el ámbito del desarrollo.

El trabajo en alianza es definitivamente retador. A diferencia del enfoque tradicional de proyecto, este tiene premisas o principios asociados que cambian nuestra forma de vincularnos con la realidad y entre actores. En primera instancia, el modelo de trabajo en alianzas considera que la realidad no viene únicamente como nosotros la percibimos (al margen de qué tan entrenados seamos en percibirla holística e inclusivamente), y por tanto abre espacio a otros actores cuya mirada complementa la nuestra y nos revela interacciones y dinámicas con mayor cercanía de la que podríamos lograr solos. Esto trasciende a los aportes y al apalancamiento de recursos, establece la necesidad de reconocernos como iguales y en tanto oírnos y complementarnos hacia la creación de expectativas comunes, difíciles de alcanzar y carentes en muchos ámbitos y territorios.

Transitar hacia un nuevo modelo económico, que nos reta a cambiar nuestra forma de producción y consumo, replantea un cambio sistémico y de conceptos que nos han acompañado desde nuestro crecimiento. Requiere cambiar la forma en que abordamos nuestro trabajo, la forma en la que nos vinculamos entre actores sociales y el mandato de coincidir no solo en el “qué”, sino en el “cómo”, para poder trabajar conjuntamente, supone cambios a nivel individual, organizacional y social.

Este proceso por ello debe ser llevado también desde un cambio en las dinámicas e instrumentos con los que venimos trabajando. Es por ello que en Soluciones Conjuntas hemos desarrollado el “Sustainability Case” o “Caso de Sostenibilidad” como marco integrador que recoge herramientas del ámbito social y empresarial para facilitar la combinación de miradas de la realidad acorde a los intereses de distintos sectores, para atender sus expectativas y a partir de ello facilitar la creación de un horizonte común.

Este marco metodológico aporta a la estructuración y gestión de alianzas desde el trabajo especializado y la facilitación del diálogo asertivo.

El cambio en nuestra lógica de aporte al desarrollo hacia una lógica de interdependencia sobre la cual se busca el equilibrio entre las 5 dimensiones planteadas en la Agenda 2030, debe ser un camino asumido con decisión que nos lleve a reevaluar nuestras convicciones sobre las problemáticas ligadas a nuestro quehacer, a nuestras convicciones acerca de los actores que forman parte de ellas y, principalmente, a reevaluar las oportunidades de aprender unos de otros y aportar conjuntamente, en igualdad de condiciones (que no es lo mismo que de aportes) hacia una horizonte común que entusiasme alcanzar.

Necesitamos avanzar en este camino para lograr transformaciones reales por el bien de nuestros ecosistemas y toda la humanidad.







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