Industrias San Miguel (ISM), empresa de soft drinks de origen ayacuchano, verbalizó recientemente su propósito empresarial: “Dar todo nuestro espíritu emprendedor para alimentar un futuro próspero”. Según Eduardo Venegas, Jefe de Comunicaciones, ese futuro lo están construyendo a diario con cada acción de la empresa a favor de sus colaboradores, comunidades aliadas, y cada parte de la cadena de valor de ISM.
Si bien la pandemia ha planteado diversos retos a la industria de las bebidas, ya que dicho sector registró una reducción de 18% en los ingresos por ventas solamente el año pasado, también ha sido una oportunidad para dar vida a aquella razón de ser empresarial y poner en marcha acciones pensadas en generar mayor bienestar a todas las sociedades donde ISM tiene presencia.
ISM tiene 32 años de trayectoria en el mercado peruano, ¿cómo ha sido su trabajo a favor de la responsabilidad social durante ese tiempo?
Nuestro propósito empresarial: “Dar todo nuestro espíritu emprendedor para alimentar un futuro próspero”, resume nuestra labor por la generación de bienestar a través de los años, pero no solo para ISM, sino también para todas las comunidades en las que tenemos impacto, a quienes consideramos nuestros principales aliados.
Nuestro modelo de negocio, con un foco en el desarrollo consciente, respalda cada una de nuestras acciones a favor del bienestar social y la sostenibilidad: al colocar una planta de producción, generamos trabajo, movimiento económico y relaciones con la comunidad y municipalidades aledañas. Procuramos que nuestras plantas se ubiquen en zonas que no sean la capital o grandes ciudades, porque queremos crear un foco de desarrollo.
¿Qué valor agregado en términos de sostenibilidad y responsabilidad social ha podido brindar a la sociedad peruana?
Consideramos que nuestro principal valor agregado es nuestro modelo de negocio. Este no solo impulsa el crecimiento y creación de valor compartido con las comunidades, sino que también las motiva a cuidar del ambiente en el que viven: promovemos el reciclaje, la economía circular y la alimentación saludable. Por otro lado, creemos en el crecimiento de cada uno de los trabajadores en nuestra cadena de valor. No solo capacitamos a nuestros colaboradores dentro de la empresa, sino que promovemos el desarrollo de aliados como los bodegueros. Con nuestro programa “Mejorando Mi Bodega”, ya hemos capacitado a miles de bodegueros y emprendedores, con quienes buscamos crecer juntos.
A pesar de los retos de la pandemia ¿han podido cumplir con sus expectativas en materias de sostenibilidad y responsabilidad social?
Pese a las dificultades, el 2020 fue un año muy bueno porque nuestro propósito cobró vida. Partiendo de nuestros 4 ejes de Responsabilidad Social -medio ambiente, educación, emprendimiento y familia-, hemos desplegado diversas acciones. Donamos más de $60,000 para la creación de pruebas moleculares junto a la Universidad Peruana Cayetana Heredia, entregamos casi 50 mil cajas de botellas de bebidas y más de 5 mil caretas anti Covid (producidas en nuestras propias plantas con las botellas de Kola Real) a comunidades afectadas, y apoyamos a grupos de recicladores. En las comunidades de Arequipa, Ayacucho y Huacho, donde tenemos plantas, hemos realizado la donación de balones de oxígeno.
Este reto ha sido también una oportunidad para crecer, ya que hemos desarrollado más nuestros canales digitales. Además de diferentes medios para hacer negocios y ventas, hemos podido ampliar nuestro alcance para impartir conocimiento, a través de foros y capacitaciones virtuales.
¿Qué metas/proyectos se han trazado para el 2021 con respecto a la responsabilidad social? ¿Y a mediano y largo plazo?
Una meta muy anhelada por ISM es la firma del Acuerdo de Producción Limpia con los Ministerios de Producción y Ambiente, con quienes ya tenemos una alianza. Este acuerdo nos marcará una hoja de ruta interesante para el 2021, ya que implica una serie de compromisos como la inversión en tecnología para reducir el uso de agua y energía. Asimismo, nos gustaría reducir el gramaje de nuestras botellas de plástico. Estas metas están alineadas con nuestro plan corporativo que destaca tres Objetivos de Desarrollo Sostenible: producción y consumo responsable, alianzas e instituciones sólidas, y empresas de calidad.
Queremos continuar impulsando programas como Mejorando Mi Bodega, y otros proyectos de capacitación de diferentes actores sociales como periodistas. A largo plazo, queremos contribuir a aquel futuro próspero que mencionamos en nuestro propósito empresarial, que se proyecta como uno donde ISM, su cadena de valor y comunidades aliadas se desarrollen y generen bienestar juntos.
¿Cuáles son sus mayores logros/reconocimientos obtenidos por su compromiso con la sostenibilidad, el medio ambiente y afines?
Hemos logrado la primera certificación por la medición de la huella de carbono con el Ministerio del Ambiente y seguimos creciendo sostenidamente en nuestra reputación dentro del ranking Merco. Por otro lado, tenemos certificaciones de calidad como la ISO 9001, ISO 45001, ISO 16000, así como la certificación HACCP. Esto asegura la calidad, cuidado del medio ambiente, seguridad en el trabajo e inocuidad en la producción de bebidas. Sin duda, nuestro mejor reconocimiento es la confianza depositada en nosotros por los consumidores al comprar nuestras bebidas.
En tiempos de crisis, ¿cuál debe ser el rol de las empresas?
El empresariado debe promover el desarrollo consciente. Debe generar valor y trabajo, pero compartir ese fruto con las comunidades aledañas. Eso es lo que promueve la responsabilidad social: impacto económico, impacto social, e impacto medioambiental. Desde ISM, promovemos este triple impacto y con mayor razón en tiempos de crisis.
ISM es una empresa con presencia internacional, ¿cómo mantienen el mismo estándar de calidad y responsabilidad con la sociedad y medio ambiente en los demás países donde tienen presencia?
Todo parte del core del negocio. El propósito empresarial no aplica solo al Perú, sino a nivel corporativo. Todas las operaciones de ISM alrededor del mundo obedecen y deben cumplir este propósito. Tenemos, por ejemplo, una alianza con la Agencia de los Estados Unidos para el desarrollo internacional para proyectos en República Dominicana, y queremos también generar proyectos de responsabilidad social en Haití, donde ya realizamos operaciones desde el año pasado. En Brasil esto se demuestra a través de las diversas donaciones y el cuidado hídrico y energético, y apoyo a las comunidades en educación y salubridad.
¿Quisiera agregar algo adicional?
Reiterar nuestro compromiso, desde un inicio, con la visión de generar una empresa solidaria que crece junto a las comunidades aledañas y gobiernos regionales. Siempre hemos tenido esta visión, y la seguiremos teniendo porque es nuestro modelo de negocio y forma de retribuir a la comunidad por confiar en nosotros.