La iniciativa ha permitido crear 52 emprendimientos sostenibles, beneficiando a más de 10 mil personas y consolidando un modelo de desarrollo basado en la innovación social, la igualdad de oportunidades y la articulación con la comunidad.

Por Stakeholders

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Desde el corazón de Lima Norte surgen nuevas oportunidades impulsadas por un programa con una misión clara: convertir las ideas de las personas en motores de transformación social y ambiental. Se trata de Impulsared, iniciativa que nace de la mano de Repsol, implementada junto a Akuaipa, que promueve el emprendimiento sostenible, la formalización empresarial y la inclusión económica en Ventanilla, Santa Rosa, Ancón, Aucallama y Chancay.

Desde su creación en 2024, Impulsared ha demostrado que la sostenibilidad no es solo un compromiso ambiental, sino también un proceso de desarrollo comunitario. El programa se construye a partir de un diálogo con las comunidades, que define las áreas de trabajo según sus necesidades y potencial productivo.

A través de capacitación integral, acompañamiento continuo y capital semilla no reembolsable, la iniciativa fortalece las capacidades de los emprendedores locales y genera negocios viables, competitivos, y con impacto social y ambiental.

“Impulsared demuestra que cuando se trabaja desde el territorio y con la participación activa de la comunidad, se pueden construir modelos sostenibles que trascienden la inversión inicial y se sostienen en el tiempo”, destaca Luis Vásquez Madueño, director de Comunicación y Relaciones Institucionales de Repsol.

Luis Vásquez Madueño – Director de Comunicación y Relaciones Institucionales de Repsol.

Un modelo de desarrollo con enfoque territorial

Este modelo integral ha permitido que Impulsared se convierta en una plataforma de transformación territorial, alineada a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), en especial el ODS 5, igualdad de género, y el ODS 17, alianzas para lograr los objetivos.

Resultados que inspiran

En su primer año de ejecución, Impulsared hizo posible la creación y formalización de 52 negocios sostenibles, beneficiando a más de 10 000 personas, de las cuales más del 70 % son mujeres.

Detrás de las cifras se encuentran relatos que reflejan la creatividad y la perseverancia de quienes participan en el programa. Kallpa Clothing nació del ingenio de cinco mujeres de Ventanilla que decidieron transformar los uniformes en desuso de la Refinería La Pampilla, estaciones de servicio y operaciones mineras donde Repsol está presente, en nuevos artículos como bolsos, portalaptops y cartucheras. Cada prenda reciclada se convierte en un producto con valor agregado y en un símbolo vivo de economía circular aplicada al textil, un servicio que hoy despierta el interés de más compañías que buscan integrar prácticas sostenibles en su cadena de valor.

En Chancay, Suyay Lácteos se consolidó como un referente en la producción artesanal a base de leche. El grupo de productores locales logró reinventarse después de atravesar una crisis financiera, y convirtió esa experiencia en la oportunidad de fortalecer la economía local a través de la elaboración de quesos, yogures y otros derivados lácteos que hoy tienen un espacio en el mercado.

Mientras tanto, Pachacútec Sabores Regionales de Ventanilla surgió gracias al liderazgo de siete mujeres que hoy gestionan un restaurante formal. Su propuesta rescata recetas tradicionales de diversas regiones del país y genera empleo local, mostrando cómo la tradición gastronómica puede convertirse en motor de desarrollo económico y social.

Estas experiencias no sólo dinamizan la economía del territorio, sino que también impulsan la confianza personal, la cooperación entre vecinos y el liderazgo femenino como motores de cambio en sus comunidades.

La Tritubike, creada por Plaka, es una bicicleta que tritura plásticos en cada pedaleada.

Innovación y sostenibilidad ambiental

Uno de los rasgos más distintivos de Impulsared es su conexión con la ciencia aplicada y la economía circular. Con el apoyo de la Universidad de Ingeniería y Tecnología (UTEC) y UTEC Ventures, se lanzó el Impulsared Eco Challenge, un concurso que buscó destacar a jóvenes innovadores capaces de proponer soluciones concretas para reducir residuos y aprovechar recursos recolectados principalmente en el río Chillón y la playa Cavero en Ventanilla.

Dos proyectos resultaron ganadores: Biotecnebryo Industries, que emplea larvas de Tenebrio Molitor para biodegradar tecnopor y transformarlo en fertilizantes orgánicos de alto valor, y Plaka, que convierte tapas y plásticos duros en merchandising corporativo y mobiliario sostenible, tras triturarlo en su bicicleta Tritubike.

La iniciativa no se quedó en los laboratorios: durante una jornada ambiental en el territorio, los equipos junto a voluntarios recolectaron más de 1000 kilos de residuos, demostrando que la articulación entre empresa, academia y comunidad puede traducirse en soluciones innovadoras y efectivas frente a los desafíos ambientales.

Desarrollo humano con igualdad de oportunidades

La equidad de género es un pilar fundamental del programa. Más del 70 % de los participantes son mujeres, muchas de ellas jefas de hogar que, gracias a Impulsared, accedieron a formación técnica y empresarial, financiamiento y acompañamiento cercano. Pero lo más valioso fue que encontraron un espacio de confianza y redes de apoyo que les permitieron creer en sus capacidades y dar un salto hacia la autonomía económica.

“Detrás de cada emprendimiento hay una historia de superación. Nuestro objetivo es que las mujeres emprendedoras no solo generen ingresos, sino que fortalezcan su liderazgo en sus comunidades”, subraya Luis Vásquez.

Este compromiso con la igualdad no es una acción aislada, sino parte de la visión integral de sostenibilidad de Repsol, que entiende que el crecimiento económico sólo es posible si está vinculado al bienestar social de las comunidades.

Proyección y legado

Con los logros alcanzados en Lima Norte como punto de partida, Impulsared se proyecta a ampliar su alcance hacia nuevos territorios. El reto ahora es consolidar un modelo replicable, capaz de generar alianzas con instituciones públicas, privadas y académicas, y de construir una red de negocios sostenibles que multipliquen su impacto tanto en Lima Norte como en otras regiones del país.

El camino recorrido demuestra que un programa empresarial puede trascender lo económico para convertirse en plataforma de desarrollo humano inclusivo. “Cuando una empresa decide invertir en las personas, no solo mejora su entorno: contribuye a construir un país más equitativo y sostenible”, resalta Vásquez. Impulsared ha sido construido con una metodología que es replicable y está listo para ser compartido. En esa línea, el programa extiende una invitación a más empresas para que se sumen a este esfuerzo colectivo y juntos impulsen un desarrollo comunitario sostenible en cualquier zona del Perú. Para conocer más sobre el programa y explorar posibles sinergias, pueden escribir a rreeperu@repsol.com.







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