
La ganadería lechera en el Perú enfrenta retos estructurales —territorio complejo, baja productividad y consumo per cápita menor al estándar internacional—, pero también oportunidades para crecer en eficiencia, calidad y sostenibilidad. Sobre este panorama conversamos con Dieter Uslar, Gerente de Desarrollo Ganadero en Gloria, quien explicó cómo la empresa trabaja con los productores ganaderos lecheros en distintas regiones, impulsando innovación, asistencia técnica, acceso a insumos y un modelo de relación sostenible de largo plazo.
Gloria tiene 83 años en el sector lácteo. ¿Cómo describiría la relación con sus proveedores ganaderos y los principales retos para producir leche en el Perú?
Desde su origen, Gloria ha estado presente en el mundo ganadero, realizando un trabajo intenso para, desde su lugar como industria, desarrollar la ganadería en un país que es muy difícil para las vacas. Producir leche en el Perú no es un logro menor si consideramos las condiciones del territorio. Por ejemplo, la costa desértica, un entorno árido donde en teoría no debería prosperar la vida, se desarrollan zonas productivas capaces de sostener a personas, animales y actividad agropecuaria gracias al aprovechamiento de ríos y valles.
¿Y qué ocurre en la sierra y la selva?
En la sierra, las condiciones son distintas: existe lluvia y forraje, lo que favorece la crianza de ganado. Pero allí surge otro reto, la altura, que no es el hábitat natural para las vacas. Aun así, el esfuerzo humano ha permitido producir leche en un entorno complejo, tanto en la costa como en la sierra. Y luego tenemos la selva: en general, el ganado lechero no se lleva bien con las zonas selváticas, fundamentalmente por la humedad y el calor. Por eso es tan importante el conocimiento técnico que se ofrece al proveedor ganadero, para saber adaptar los requerimientos de las vacas a sus entornos, haciendo sus vidas más cómodas, evitando que se estresen por factores externos que perjudican finalmente la producción de leche y el bienestar animal.
El consumo per cápita de leche en el Perú todavía es bajo. ¿Qué cifras manejan?
Perú hoy día tiene un consumo por habitante que se mueve entre 60 y 70 litros (leche equivalente, todos los productos transformados a leche líquida), bastante bajo todavía comparado con algunos países vecinos y con el promedio mundial, que está alrededor de 120. La OMS y la FAO recomiendan entre 120 y 150 litros por habitante al año. En Chile el consumo ronda los 150 litros; en Argentina y Uruguay, más de 200; en Colombia, unos 150. Todavía hay mucho espacio para fomentar un mayor consumo de toda la variedad de productos que se pueden fabricar a partir de la leche.
Cuando habla de “condiciones”, ¿a qué se refiere en la crianza de ganado?
En la costa, las vacas suelen criarse estabuladas [en establos], lo que les permite tener alimento disponible en todo momento y producir leche de buena calidad. El reto está en asegurar un forraje adecuado, principalmente a base de maíz ensilado, alfalfa y algunos granos. A través del área de Desarrollo Ganadero, Gloria acompaña a los proveedores lecheros que son parte de nuestra cadena en este proceso, brindándoles asistencia técnica, facilidades de financiamiento y apoyo para que puedan adquirir forraje e invertir en infraestructura y maquinarias.
El área de acopio pasó a llamarse Desarrollo Ganadero. ¿Qué implica este cambio?
Hasta hace algunos años, nuestra área se llamaba Acopio, pero entendimos que ese nombre estaba muy vinculado a lo operativo. Hoy nos llamamos Desarrollo Ganadero, porque nuestro trabajo va más allá: somos un equipo de agrónomos, zootecnistas y veterinarios que brinda asesoría directa al ganadero para ayudarlo a ser más productivo. La sostenibilidad depende justamente de eso: a los ganaderos les debe ir bien en su negocio para que puedan crecer y mantenerse en el tiempo.

¿Cómo se traduce ese acompañamiento en el día a día?
En cualquier cadena de negocio ocurre lo mismo: si un eslabón no genera utilidades, la cadena se rompe. Por eso nuestro objetivo es que el ganadero haga un negocio rentable. Los acompañamos con acceso a créditos, insumos como maíz y soya, equipos de ordeño, maquinarias y tanques de frío. También tienen un sistema en línea para conocer la calidad de la leche que entregan. Todo apunta a que el productor sea más eficiente, produzca más y logre que su negocio crezca de forma sostenible.
¿Cómo miden la calidad de la leche y cómo influye en el pago al productor?
La leche es un producto sumamente delicado, muy parecido a la sangre por su compleja composición. Nuestro sistema de pago reconoce justamente esa calidad. El esquema es el mismo para todos, pero el precio final varía según los resultados. Si la leche tiene más grasa o más proteína, vale más. Si presenta un recuento bacteriano más bajo, también vale más. La calidad de la leche determina directamente el precio pagado al productor.
«Somos un equipo de agrónomos, zootecnistas y veterinarios que brinda asesoría directa al ganadero para ayudarlo a ser más productivo».
¿En qué consiste el Programa de Productividad de Ganaderos que lanzaron este año?
Hace unos meses lanzamos el Programa de Productividad de Ganaderos, una iniciativa que busca ir más allá de lo operativo y brindar acompañamiento directo. La clave está en la alimentación y la reproducción del ganado. Una mezcla mal preparada reduce la producción de leche, mientras que una vaca que no entra al ciclo de gestación está, en la práctica, ‘de vacaciones’, porque no produce. Precisamente trabajamos para asegurar buenas prácticas de nutrición, manejo reproductivo y crianza de terneras.
¿Qué resultados han observado?
En promedio, gracias a las capacitaciones se puede lograr un incremento de entre 10% y 20% en la eficiencia de producción. En algunos casos puede ser mayor, en otros, menor, porque es un proceso voluntario. Las mejoras suelen darse en la mezcla de alimentos y en el manejo reproductivo. Es un verdadero esquema de ‘ganar-ganar’ que ha sido muy bien recibido por los ganaderos.

¿Cuáles son las principales cuencas lecheras donde trabaja Gloria?
Trabajamos en cuatro zonas: Cajamarca, Trujillo, Lima (norte chico y sur chico), y Arequipa. Cajamarca concentra alrededor del 17% de la producción nacional de leche según el Midagri. En Arequipa, donde nació la empresa en 1942, sigue habiendo bastante potencial. De estas, solo Cajamarca mantiene un sistema de pastoreo; en las demás, las vacas son estabuladas y dependen de forraje cultivado, principalmente maíz.
Para nosotros lo importante es que el ganadero se reconozca a sí mismo como un empresario lechero. No importa si tiene cinco o diez vacas, lo fundamental es que asuma su actividad como un negocio. Esa visión ha cambiado mucho en los últimos años y responde a una tendencia mundial: cada vez hay menos ganaderos, pero más especializados y con mayor escala”.
¿Qué innovaciones tecnológicas están impulsando con los productores?
Estamos trabajando con sistemas de ordeño mecánico, detección de celo mediante sensores de movimiento, análisis de leche y de forraje para ajustar la nutrición, mezcladoras de alimento y sistemas de ventilación y enfriamiento que mejoran el bienestar animal. También impulsamos la genética: importamos semen de toros de alto valor genético y lo ponemos a disposición de los ganaderos. Además, buscando dar soluciones medioambientalmente amigables a los ganaderos y que los ayuden a mejorar su productividad como son los tanques de frío fotovoltaicos de 500 litros, pensados para pequeños productores, que les permiten almacenar su leche conservando mejor su calidad.
¿Cuál considera que es el mayor riesgo para el futuro de la ganadería lechera en el país?
Más que pensar en riesgos, creo que la gran oportunidad está en cómo involucramos a las nuevas generaciones. Si logramos despertar su interés y entusiasmo por la ganadería lechera, mostrándoles que es una actividad con enorme potencial, moderna y en constante innovación, estaremos asegurando su continuidad y crecimiento. Hoy, gracias a la digitalización y a tecnologías robotizadas, la ganadería se conecta mucho más con el lenguaje de los jóvenes. Hacerles ver que este sector no solo es parte de nuestra identidad, sino que también ofrece un futuro prometedor y sostenible, será la clave para que siga fortaleciéndose en el tiempo. Por otro lado, el desarrollo de las zonas rurales por medio de la mejora de la infraestructura vial y las comunicaciones también es clave para el desarrollo del sector.
¿En cuánto tiempo Perú podría alcanzar niveles óptimos en productividad y consumo de leche?
En productividad, yo diría que en un plazo de entre cinco y diez años. El cambio en los últimos años ha sido notorio y todo indica que la tendencia será aún más fuerte. En consumo, la situación es distinta: está muy ligada a los ingresos de las familias. Mientras mejor le vaya al país, mayor será el consumo de lácteos. Lo que sí está claro es que el crecimiento del sector irá de la mano con el desarrollo económico general del Perú. También es clave que la población tenga presente que los productos lácteos, en todas sus formas, aportan una gran cantidad de nutrientes en todas las etapas de desarrollo de la vida.