Para que estos trabajos sean verdaderamente transformadores, es crucial superar retos como la capacitación, la estabilidad laboral y la igualdad de oportunidades, garantizando que este cambio beneficie tanto al medioambiente como a las comunidades más vulnerables.

La transición energética trae nuevos empleos: ¿cuán sostenibles son?

Por Stakeholders

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La transición energética está transformando los mercados laborales en todo el mundo, generando empleos que no solo buscan reducir las emisiones de carbono, sino también promover una economía más inclusiva y sostenible. Conocidos como empleos verdes, estos trabajos abarcan desde la instalación de energías renovables hasta la gestión sostenible de recursos naturales, y representan una oportunidad para afrontar el cambio climático mientras se impulsa el desarrollo social y económico.

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) define los empleos verdes como aquellos que contribuyen a preservar el medioambiente y mejorar las condiciones laborales en sectores tradicionales y emergentes. Sin embargo, su sostenibilidad depende de superar retos como la estabilidad laboral, la igualdad de oportunidades y la capacitación técnica de los trabajadores.

Empleos verdes: más allá de un sector

La transición energética busca no solo mitigar el cambio climático, sino también reducir las desigualdades globales. Según la Fundación Biodiversidad, con políticas adecuadas, esta transformación puede generar empleos en áreas como energías renovables, agroecología, rehabilitación energética de edificios y renaturalización urbana.

Un informe de Deloitte estima que para 2050 podrían crearse más de 300 millones de empleos relacionados con la transición energética, mitigando el impacto del cambio climático y fomentando un crecimiento económico más equitativo. Sin embargo, para que estos empleos sean sostenibles, es crucial garantizar condiciones laborales justas, capacitación técnica y políticas inclusivas que prioricen a las comunidades más vulnerables.

Retos para una transición justa

La creación de empleos verdes no está exenta de desafíos. Uno de los principales obstáculos es la brecha de habilidades en los mercados laborales, especialmente en sectores emergentes como la energía renovable y la economía circular. Nicolás Ojeda, coordinador del Área de Economía y Empleo Verde de la Fundación Biodiversidad, enfatiza la necesidad de formación continua para que las personas puedan adaptarse a los cambios del mercado laboral y participar plenamente en una economía más sostenible.

Otro reto clave es mejorar la estabilidad laboral. Aunque los empleos verdes son fundamentales para frenar el cambio climático, deben ofrecer condiciones dignas, igualdad de oportunidades y garantías de derechos para los trabajadores, especialmente aquellos en sectores más vulnerables, como la agricultura y la pequeña industria.

Ejemplos globales de empleos verdes

En América Latina, la transición hacia economías más sostenibles está cobrando fuerza. En Uruguay, el Fondo de Innovación en Energías Renovables impulsa proyectos tecnológicos y capacita a trabajadores para ocupar futuros empleos verdes, especialmente en sectores como el transporte y la industria.

En Zambia, las iniciativas de la OIT han permitido a comunidades rurales transformar su modo de vida. En Egipto, campesinos de Menia han aprendido a generar biogás a partir del abono de su ganado, convirtiendo un residuo en un recurso energético valioso y una fuente de ingresos.

Mientras tanto, en España, programas como Empleaverde+ se enfocan en formar a trabajadores y desarrollar competencias en sectores como la rehabilitación energética y la gestión de recursos naturales. Estos esfuerzos buscan avanzar hacia una economía neutra en carbono y eficiente en el uso de recursos.

Una oportunidad para el futuro

Según la OIT, los empleos verdes no solo ayudan a mitigar el impacto ambiental, sino que también fomentan el crecimiento económico, la inclusión social y la igualdad. Sin embargo, para garantizar su sostenibilidad, es necesario que los gobiernos y las empresas adopten políticas que prioricen tanto el medioambiente como el bienestar de los trabajadores.

La transición energética representa una oportunidad única para transformar la economía global, crear nuevas industrias y garantizar un futuro más justo para las próximas generaciones. Pero, como señala Ojeda, este cambio solo será efectivo si se lleva a cabo de manera equitativa, asegurando que nadie quede atrás en el camino hacia una economía más verde.

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