Adriana Nube Soto (18) inició su carrera cantando en coros de iglesias y, con solo 10 años, hoy se dedica inspira a jóvenes con su dedicación y visión para transformar vidas mediante la música.

Por Denisse Torrico

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Adriana Nube Soto, soprano de tan solo 18 años, ha alcanzado logros sobresalientes en el mundo de la música y el arte. Desde su ingreso a Sinfonía por el Perú, una ONG fundada por el tenor Juan Diego Flórez, a los 10 años, ha demostrado ser una joven talentosa y comprometida con su pasión.

Desde temprana edad, Adriana mostró un amor profundo por la música. Comenzó su carrera en los coros de iglesias y, a los 10 años, se unió al núcleo La Victoria de Sinfonía por el Perú. Su dedicación y talento la llevaron a formar parte de los elencos centrales, donde ha brillado como solista y corista. Su destacada participación en giras internacionales, como la reciente en Chile, y su papel como Embajadora de la organización, reflejan su compromiso con el país.

«Mi pasión por la música creció con el tiempo, y descubrí que quería dedicarme de fondo a esto durante una conversación con Juan Diego Flórez cuando tenía 12 años», recuerda para Stakeholders.

A lo largo de su carrera, Adriana ha participado en la grabación de tres discos con Sinfonía por el Perú y está esperando el lanzamiento de una nueva producción discográfica en el segundo semestre del año. Su experiencia incluye presentaciones en importantes teatros peruanos, como el Gran Teatro Nacional y el Teatro Municipal de Lima. También es soprano complementaria del Coro Nacional del Ministerio de Cultura desde el año pasado.

En el ámbito educativo, Adriana ha recibido formación en la Escuela Peruana de Música y Arte y en la Escuela de Música Tempo, concluyendo sus estudios becada. Actualmente, está en la Universidad Nacional de Música, aunque ha decidido aplazar sus estudios este año debido a sus compromisos internacionales. Su próximo desafío será representar a Perú en el World Youth Choir, viajando por Europa con la Orquesta Nacional Juvenil de Alemania.

«Recibí un gran consejo de Juan Diego Flórez. Él me aconsejó no apresurarme y tomar las cosas con calma, ya que esto es parte de la madurez. Me dijo que viviera mis etapas y aprendiera de mis maestros y compañeros», indicó.

La música como herramienta social

Adriana también se dedica a la labor social, impartiendo talleres de música en la organización Nuevos Talentos y dirigiendo el Coro Infantil de la ONG Tutti Huassi. Su objetivo es transmitir a los niños y jóvenes el poder transformador de la música, promoviendo un mensaje de paz, resiliencia y fortaleza. En alineación con la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, Adriana busca ser un agente de cambio en su comunidad, enfocándose en la educación musical como herramienta de desarrollo personal y social.

«Creo que la educación integral musical es fundamental para alcanzar los objetivos de desarrollo sostenible. La música puede sensibilizar y conectar a las personas, y quiero compartir este pensamiento con los niños con los que trabajo», señala.

Con una carrera en ascenso y una pasión por la música y el cambio social, Adriana Nube Soto continúa destacándose como una joven prometedora, comprometida con su arte y con su misión de transformar vidas a través de la música.

«Los jóvenes no solo somos el futuro, sino que podemos ser un presente activo. Podemos empezar a hacer cambios ahora y dejar nuestra semilla para un futuro mejor», finalizó.







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