Desde la cirugía estética reconstructiva, esta organización tiene como propósito ayudar a reducir esas marcas producto de la violencia física del cual son víctimas las mujeres en el país. Mario Cabani Anaya, director ejecutivo de la ONG Cabani Salud, conversó con Stakeholders acerca de la importancia de estas intervenciones y de su impacto en la vida de las mujeres. A la fecha, han atendido a más de 50 mujeres en 11 regiones del Perú de manera gratuita, permitiéndoles tener una nueva oportunidad para salir adelante.
¿En qué grupos se han venido enfocando, desde la cirugía estética reconstructiva, para contribuir en la problemática de las víctimas de la violencia de género?
Llevamos aproximadamente siete años atendiendo a mujeres de diversas realidades. Nos hemos enfocado siempre en mujeres, y desde este año, hemos incluido también a mujeres en su diversidad, abarcando a las mujeres trans. Inicialmente no teníamos un protocolo específico para esos casos, pero ahora ya contamos con ello. Cuando hablamos de población vulnerable, nos referimos especialmente a las mujeres víctimas de violencia de género de bajos recursos económicos. La mayoría de ellas no pueden acceder a algún tipo de cirugía reconstructiva o estética de sus lesiones, algo que les permita borrar las cicatrices que son consecuencias de las agresiones.
¿Muchas veces pasa desapercibido este aspecto cuando se aborda la solución del problema?
Quedan en un estado de desatención. La salud pública cubre lo correspondiente a acciones de emergencia. Por ejemplo, hay ciertos materiales adecuados, como es el caso de hilos para las cicatrices, que deben emplearse, pero no hay una preocupación por lo estético porque no se considera vital muchas veces. Hemos corroborado que la recuperación psicológica y emocional de las mujeres, que han podido ser beneficiarias de nuestras actividades como las cirugías, ha sido notable.
¿Cómo fueron los inicios de esta labor de apoyar a las mujeres víctimas de violencia de género?
Desde los primeros años comenzaron a llegar mujeres que requerían algún tipo de ayuda. En los inicios eran derivadas por el Ministerio de la Mujer, u otras organizaciones públicos o privadas, casos que eran mediáticos y las apoyamos.
¿Con qué organizaciones han buscado articular para incrementar la ayuda?
Cuando notamos que el Ministerio no mantenía una comunicación constante con nosotros, intentamos establecer más convenios con otras entidades estatales para poder atender a más mujeres. No hubo esa respuesta inmediata. Por eso formamos la organización para darle esa formalidad y también aumentar nuestro alcance de ayuda. Lo hacíamos de manera espontánea en la clínica, y eso nos permitió establecer alianzas con organizaciones como Flora Tristán u otras empresas que se han aliado. También con algunos Gobiernos Regionales como el de Ayacucho.
¿De qué manera se ha dado esta colaboración al interior del país?
A nivel nacional hemos hecho campañas de atención de uno a dos días. Las autoridades nos ofrecían el hospital o una sala de cirugía con personal médico. Llevábamos también a nuestro staff médico y trabajábamos ese tiempo para curar esas cicatrices, la parte estética. Ellos, además, aportaban con la difusión y la búsqueda de mujeres que a veces se muestran reticentes a compartir sus testimonios.
¿Qué tanto afecta estas marcas que son secuelas de la compleja situación que vivieron?
Por ejemplo, la mayoría de las pacientes que hemos atendido nos cuentan que les es muy difícil conseguir trabajo porque enfrentan situaciones de discriminación por su aspecto físico.
A esto se agrega la afectación del entorno cercano y de la familia, todo si hay niños en casa que hacen preguntas difíciles de responder. Recordemos que la gran cantidad de casos de violencia son intrafamiliares.
Es general, las secuelas físicas mantienen a las mujeres en una situación de revictimización constante en la que las cicatrices funcionan como recordatorios continuos de la agresión a través de miradas, preguntas y prejuicios. Si ellas necesitan eliminarlas para continuar con su recuperación, están en todo su derecho.
«La finalidad es que las mujeres sepan que pueden contar con nuestro apoyo a través de los servicios que ofrecemos y así puedan transformar su condición de vida.»
También puede influir en su relación con sus familiares…
Incluso llega a afectar a sus familias. Sus propios hijos por un tema de vergüenza pueden llegar a negar a su madre. Es un efecto que no solo daña la psicología de la víctima. Es decir, la mantiene en una revictimización constante porque no logran salir del trauma de la agresión. Es un recordatorio continuo. A esto se agrega la afectación al entorno cercano y la familia. Es bastante lamentable no poder cerrar la experiencia porque las situaciones que muchas veces suscitan las marcas, como preguntas en el entorno cercano, miradas incómodas y más, son recordatorios de la agresión.
¿Cuánto llega a impactar positivamente el trabajo estético en ellas?
Consiste en darles una nueva oportunidad. Poder ayudarlas a mejorar el estado emocional en el que se encuentran. De hecho, el impacto que notamos que genera nuestro trabajo es enorme. Es por eso que uno de nuestros principales objetivos actualmente es darnos a conocer a través de la mayor cantidad de medios. La finalidad es que las mujeres sepan que pueden contar con nuestro apoyo a través de los servicios que ofrecemos y así puedan transformar su condición de vida. Tratamos que las pacientes regresen después de sus cirugías para inspirar porque nos interesa mantener contacto con ellas. Para nosotros ellas son parte de nuestra familia, ya que el cambio que generan en sus vi[1]das, las cirugías que ofrecemos, nos dan la energía que necesitamos para seguir esforzándonos.
¿Puedes mencionar algún caso en el que se evidencie lo que se puede lograr?
Un ejemplo es Claudia que nos contó que fue seleccionada como una de las finalistas en una competencia deportiva. Nos dijo que compite en maratones de alto rendimiento y quedó, precisamente, como ganadora en un último certamen. Su entrenador comparte su expectativa, por lo que apunta a convertirla en la mejor en este deporte. Eso la puso muy emocionada a Claudia. Es un caso de muchos otros que logran cambiar sus vidas y después de haber vivido momentos difíciles de manera injusta.
Justamente, eso ayuda a que otras mujeres se animen a recibir apoyo…
Cuando reciben esta ayuda, lo consideran como una oportunidad enorme que las impulsa a dar todo por sus familias y la sociedad. Por ello, la mayoría de ellas quieren que más mujeres puedan acceder a este apoyo y brindan sus testimonios. El objetivo es darnos a conocer para poder incrementar la ayuda. Mientras más podamos apoyar para nosotros es en verdad gratificante.
¿En qué otros aspectos vienen tratando de asistir a todas las pacientes?
La cirugía estética es una gran ayuda en sí. Sin embargo, no es suficiente. Siempre estamos tratando de ver qué más podemos hacer. Uno de los temas que nos preocupa es el acompañamiento psicológico. Ya venimos contando con una psicóloga como voluntaria, aunque continuamos con la búsqueda de más voluntarios para que puedan brindar este acompañamiento a estas mujeres que lo necesitan. Ellas van a estar sumamente agradecidas del profesional que ponga a disposición sus conocimientos para ayudarlas.
Desde el ámbito de reinserción laboral, ¿cómo se las puede empoderar?
Luego tenemos también el acompañamiento laboral para tratar de brin[1]darles herramientas y capacitaciones con el objetivo de su reinserción al mercado laboral. Pasa que haber experimentado, de alguna manera, rechazo de las ofertas laborales les afecta su autoestima. Les hace creer que no tienen capacidad para conseguir trabajo y queremos cambiar eso. Que sientan lo contrario. Que se les abran las puertas. Que más empresas puedan contratarlas, capacitarlas. Queremos poder implementar una red de inserción laboral junto a otras empresas, poder generar espacios seguros e inclusivos donde puedan desarrollarse. Ese es nuestro propósito para el próximo año y esperamos que más empresas y aliados se unan para hacerlo realidad.
Al respecto, ¿qué potencial y actitud han visto en las pacientes a la fecha?
Hemos visto que nuestras pacientes tienen todo el ánimo, la motivación. Tienen toda la potencialidad de aportar a la sociedad. Si no lo hicieron es porque alguien se los impidió. Queremos que en verdad se empoderen. Es más, si desean denunciar a su victimario, también impulsamos esto desde el lado legal. Tratamos de brindarles una asesoría legal para que denuncien. En ocasiones sus casos quedan perdidos por falta de seguimiento, y ahí también queremos apoyarlas.
En otro tema, ¿qué significa para ustedes haber obtenido el segundo lugar en el Premio de Derechos Humanos “Javier Pérez de Cuéllar” de la Embajada de Francia?
Es una alegría bastante grande. Agradecemos este reconocimiento. Fue una buena noticia para nosotros porque recibir el reconocimiento de un país, como Francia, que tiene un gran vínculo con la libertad, los derechos humanos y la protección de las poblaciones vulnerables, nos da ese respaldo que necesitamos para poder transmitir que lo que hacemos es, primero, sin ningún fin lucrativo. Segundo: por el ánimo de ayudar desde lo que sabemos hacer, cirugía, de manera totalmente gratuita.
«La cirugía plástica muchas veces es vista como superficial, vinculada a la vanidad. Pero en sí puede ayudar muchísimo, como vimos, en temas psicológicos.»
Es un trabajo en el que figura un equipo también…
Es un reconocimiento que también va para todo nuestro equipo. Las propias pacientes que tenemos. Lo tomamos como un logro importante para poder ampliar más, en lo posible, la suma de aliados nacionales o internacionales. Desde el lado privado o público a través de empresas, corporaciones o el mismo Estado, que esperamos sea posible y en algún momento hacer esto política pública y ayudar a esas mujeres de manera gratuita. Debería ser algo que los hospitales atiendan de esta manera. Aspiramos a que se cree eventualmente una ley por el lado del Congreso.
¿Debería llamar también la atención de la agenda mediática este tipo de abordaje desde la cirugía estética?
Mientras eso no se dé, no queremos quedarnos solo en el problema y la inacción. Queremos trabajar al respecto. Recibir este tipo de reconocimiento es muy gratificante porque las cifras de violencia de género en el Perú nos obligan a reaccionar. Si todavía, lamentablemente, no hay esa preocupación o unión de esfuerzos hacia el tema, por lo menos notamos que a nivel internacional si hay mayor presencia de este aspecto en el que requieren ser tratadas las mujeres. Esperamos que esto también pueda tomar mayor relevancia desde el Perú. Podemos hacer cosas importantes desde nuestro país. Somos de las pocas organizaciones que dan este servicio de manera gratuita a nivel internacional, y a de alcance nacional somos la única.
Independientemente del modelo de negocio de una empresa, ¿se demuestra también que siempre es posible contribuir de alguna forma?
Tratamos de con nuestro trabajo poder demostrar que el área desde donde uno está siempre se puede hacer algo para ayudar a la sociedad. La cirugía plástica muchas veces es vista como superficial, vinculada a la vanidad. Pero en sí puede ayudar muchísimo, como vimos, en temas psicológicos y de mejora de secuelas en víctimas que están sufriendo las consecuencias de su situación. En ese sentido, dejarlas abandonadas no es correcto. Tenemos en nuestras manos la capacidad de poder ayudarlas. Hay que hacerlo. Desde diversos ámbitos siempre se puede hacer algo. Es un poco nuestro granito de arena buscando que el Perú pueda ser un mejor país para vivir.
Reconocimiento “Javier Pérez de Cuéllar”
El reconocimiento recibido por la ONG Cabani Salud se dio en el marco de la edición 11 del Premio de Derechos Humanos “Javier Pérez de Cuéllar” realizado por la Embajada de Francia en Perú. Este se organiza todos los años y para el 2022 se enfocó en aquellas organizaciones relacionadas a la eliminación de los estereotipos y la violencia de género, así como el acceso a la justicia para las víctimas.
En ese sentido, la organización presidida por el reconocido médico cirujano Mario Cabani ocupó el segundo lugar, debido a su trabajo en la promoción y defensa de los DD. HH. vinculados a la lucha contra la violencia de género, desde el ámbito de la cirugía estéticas reconstructivas que ayudan a muchas mujeres en el marco de una recuperación íntegra y adecuada.