Cada vez más las organizaciones han comprendido que la innovación de sus modelos de negocio deja de ser una alternativa para pasar a convertirse en una necesidad, difícil de postergar, donde no contemplar la importancia de la sostenibilidad en la estrategia, resulta inaceptable.
Me refiero a establecer un equilibrio entre el desarrollo económico, la sostenibilidad ambiental, el bienestar social, la preservación de los recursos marinos y la búsqueda de clientes y socios estratégicos que estén comprometidos con su propósito; es decir, una economía azul que involucra sectores directa e indirectamente, como la pesca que se desarrolla de forma artesanal e industrial, la crianza de peces, el transporte en el mar y puertos, la energía que se produce en el mar, el sector turismo, la gestión de residuos sólidos, entre otros (Banco Mundial, 2021)1 .
«Son múltiples las iniciativas que contribuyen a tener un modelo de negocio enfocado en la sostenibilidad, con un énfasis en la economía azul».
Cabe destacar que, una economía que se preocupa por el uso responsable de los recursos marinos y su disponibilidad a largo plazo, busca aplicar tecnologías que minimicen el impacto ambiental. Es una economía que nos anima a adaptar nuestros modelos de negocio, integrando la sostenibilidad y la innovación en todos los bloques, sin olvidar que los océanos son primordiales para la salud del planeta, la provisión de alimentos y el sustento de la biodiversidad marina (Paşca, 2024)2 . Asimismo, proveen al menos el 50% del oxígeno que se respira (UN, 2016)3 , y asimilan emisiones antropógenas del dióxido de carbono por la ignición del combustible fósil, deforestación, actividades industriales, agrícolas, etc. (Sidder, 2023)4 .
Entonces, ¿cuáles serían las potenciales iniciativas que se pueden aplicar en nuestro modelo de negocio?
En el front end, empezaríamos por el segmento de clientes: podríamos atraer clientes que valoran la sostenibilidad y están dispuestos a comprar productos y servicios responsables con el medio ambiente marino. En propuesta de valor: ofrecer productos que contribuyan a la preservación de los ecosistemas marinos. En canales: crear plataformas digitales para educar a los clientes en sostenibilidad. En relación con clientes: crear programas de retención que recompensen a los clientes por iniciativas sostenibles. Finalmente, en fuentes de ingresos: generar ingresos por productos y servicios que utilicen recursos marinos de manera sostenible.
Desde el back end, apostar por recursos claves: asegurar el uso de recursos marinos de manera sostenible, invertir en tecnologías que reduzcan el impacto ambiental y fortalecer las capacidades del talento en gestión ambiental. En actividades claves: implementar gestión de residuos que minimicen la contaminación marina e invertir en investigación y desarrollo. En recursos claves: utilizar recursos marinos que no causen daño al medio ambiente. En socios claves: trabajar con proveedores que comparten tus valores y practiquen métodos de extracción y producción responsable, colaborar con universidades. Por último, en estructura de costes: aplicar prácticas de economía circular.
De esta manera, son múltiples las iniciativas que contribuyen a tener un modelo de negocio enfocado en la sostenibilidad, con un énfasis en la economía azul.
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1 Banco Mundial. (2021). Línea de Base para la Economía Azul del Perú. Washington, DC: World Bank.
2 Paşca, C. (2024). La biodiversidad y los ecosistemas marinos mantienen la salud del planeta y sostienen el bienestar social. ONU
3 United Nations [UN] (21 enero, 2016). A Regular Process for Global Reporting and Assessment of the State of the Marine Environment, including
Socio-economic Aspects.
4 Sidder, A. (15 de marzo, 2023). El dióxido de carbono antropogénico es rastreado hacia el océano. Eos.