
La minería peruana, motor de nuestra economía, está viviendo una transformación. Y no, no se trata solo de nuevas tecnologías, sino del talento humano que la sostiene. Desde el Hub de Innovación Minera del Perú hemos comprobado cómo la diversidad —en género, edad y disciplina— está redefiniendo la manera en que el sector enfrenta sus retos. Este cambio se refleja en los equipos que participan en nuestros programas y proyectos colaborativos, donde la innovación surge cuando se abren espacios para integrar distintas miradas.
Los datos lo confirman. En mayo de 2025, la minería alcanzó un récord de 256 000 empleos directos, según el MINEM. De ellos, 19 421 fueron ocupados por mujeres, lo que equivale al 7.6 % del total: la cifra más alta de la historia y casi el doble que hace una década. El camino hacia la igualdad aún tiene pendientes: solo el 11 % de los cargos gerenciales están ocupados por mujeres y la brecha salarial se mantiene cerca del 6 %, según el Instituto de Desarrollo Sostenible. Sin embargo, cada avance demuestra que la participación femenina en la minería no solo crece, sino que abre oportunidades para seguir transformando el sector.
Detrás de esos números hay historias poderosas: ingenieras que dirigen operaciones, especialistas en seguridad y tecnólogas que transforman procesos con innovación. Todas ellas ganaron su lugar por mérito y capacidad, demostrando que, cuando se valoran las competencias, la inclusión deja de ser discurso y se convierte en realidad.
«La minería no solo crece en producción, sino en la capacidad de generar confianza, cuidar el medioambiente y compartir de manera equitativa los beneficios del desarrollo».
La juventud también está transformando el sector. Cada vez más profesionales menores de 30 años se suman a áreas de exploración, gestión ambiental, operaciones, entre otros, aportando competencias propias de esta generación: dominio digital, sensibilidad socioambiental e ideas frescas y disruptivas. Su presencia no solo enriquece los equipos, sino que asegura la competitividad de una minería que debe responder a desafíos de productividad, sostenibilidad y legitimidad social.
Los retos son enormes, pero también lo son las oportunidades. La minería no solo crece en producción, sino en la capacidad de generar confianza, cuidar el medioambiente y compartir de manera equitativa los beneficios del desarrollo. Esto demanda nuevas competencias en la fuerza laboral, un diálogo más cercano con la ciudadanía y políticas públicas que acompañen la transformación. El futuro del sector dependerá de integrar innovación, sostenibilidad y diversidad como ejes de competitividad, reconociendo que los verdaderos recursos del país no están bajo tierra, sino en el talento de su gente.
El desafío está planteado: construir una minería plural, que valore el mérito y al mismo tiempo abra espacio a la diversidad como palanca de innovación y sostenibilidad. El talento está allí, en la academia, en las comunidades y en las empresas; lo que toca es superar barreras invisibles y dejar que el mérito se exprese.
Porque la minería del mañana no solo será más tecnológica: será más humana, justa y diversa. Y en el Hub de Innovación Minera del Perú, creemos que esa es la veta más valiosa que guarda el Perú: su gente.