El turismo va más allá de ser una actividad económica y social que incentiva a que las personas conozcan nuevos destinos. También involucra la forma en la que se gestionan los recursos de una comunidad para recibir a más visitantes sin alterar los ecosistemas cercanos y la esencia cultural. Justamente, en este artículo quisiera analizar cómo el turismo puede ser más sostenible a través de una gestión eficiente del agua considerando la mayor escasez de este recurso.
En la actualidad, alrededor de dos mil millones de personas a nivel mundial no tienen acceso a agua potable segura de acuerdo con el más reciente informe de las Naciones Unidas. Asimismo, alrededor de la mitad de la población sufre de una escasez de agua severa en algún momento del año.
Creando consciencia sobre la importancia del uso del agua
Todas las etapas del negocio del turismo dependen del agua: desde la limpieza y el mantenimiento de los alojamientos hasta la preparación de alimentos y bebidas en sus bares y restaurantes. En esta línea, si no hay una adecuada gestión del recurso hídrico pueden agudizarse los problemas en las poblaciones locales. Para evitar esta situación, las empresas del sector pueden adoptar diversas estrategias para optimizar el uso del agua y minimizar su impacto ambiental y social.
La eficiencia hídrica es una de las formas más efectivas de administrar el agua en el turismo. Esto incluye la instalación de dispositivos de bajo flujo en los grifos y duchas (pueden conllevar a un ahorro entre el 40 % y 50 % del flujo de agua); así como la reutilización de agua para el riego de jardines o la limpieza. También se puede fomentar el uso responsable del agua a través de campañas de concientización y programas de incentivo, tanto para los colaboradores de los establecimientos hoteleros, los operadores turísticos y por supuesto en los usuarios.
«La eficiencia hídrica es una de las formas más efectivas de administrar el agua en el turismo».
Otra interesante manera de proteger el agua es el desarrollo de infraestructura hídrica de calidad. En muchas comunidades, hay agua potable limitada o contaminada. En este contexto, las empresas turísticas pueden colaborar con organizaciones locales y gubernamentales para construir infraestructura sostenible, como pozos, sistemas de purificación de agua y redes de distribución.
Un tercer elemento para considerar y que puede resultar de mucha utilidad es la huella de agua empresarial, que es la medida del agua total consumida para producir bienes y servicios. Aquí es necesario considerar que esto incluye lo que se consume y lo que se opera en la cadena de suministro. La evaluación de la huella hídrica es una métrica del nivel de sostenibilidad de una empresa y le permite saber cómo optimizar más el uso de agua, tanto de forma directa como indirecta (proveedores y otros socios que forman parte de su cadena productiva). A manera de conclusión y en base a lo señalado, la gestión sostenible en el ámbito del turismo es crucial para asegurar la viabilidad de la industria y el bienestar de las comunidades locales a largo plazo. Las empresas del sector tienen la oportunidad y la responsabilidad de liderar el cambio hacia un modelo más sostenible donde todos, o la mayor parte de los actores involucrados, tengan acceso al agua y puedan garantizar que los ecosistemas estén protegidos. El turismo puede convertirse en una fuerza positiva para el desarrollo económico, social y ecológico al incorporar prácticas de gestión del agua en sus operaciones y colaborar con las comunidades locales.