En el Perú nos encanta descubrir la pólvora o presentar algo que no era nada nuevo como un sorprendente avance del conocimiento humano. En ese sentido, la discusión alrededor de la obligatoriedad del ahorro previsional siempre lleva a exponer la baja cultura financiera que existe en este país. Se habla de que las AFP pierden nuestro dinero y que uno seguramente podría ganarle en rendimiento a estas administradoras privadas de pensiones si es que nos dejaran a todos nosotros la decisión de aportar a una o invertirlo por nuestra cuenta.
Por supuesto de que en el mismo momento en el que se argumenta que las AFP están perdiendo nuestro dinero ya están demostrando que no tienen cultura financiera y que están menos aptos para administrar su propio dinero de lo que creen. Y es que las AFP no están perdiendo nuestro dinero. Eso es un rollo mediático que cala en los que no saben cómo funciona realmente el sistema, porque es repetido y repetido. Sí, por supuesto que por momentos el valor de los fondos baja, pero siempre tienden a recuperarse. De hecho, el periodo de la pandemia, que tanto les preocupa a los enemigos de las AFP, vio el valor de estos fondos crecer a los pocos meses. No obstante, la ilusión de que los fondos habían caído se mantuvo.
El asunto de los fondos de pensiones bien podría haber sido una oportunidad para promover más inclusión financiera impartiendo mayor cultura financiera en un intento por explicar qué son realmente las AFP y cómo funcionan. No obstante, se dejó pasar el tren. Las AFP por alguna razón han tomado la decisión de mantener un manejo financiero impecable de nuestros fondos, pero con un manejo comunicacional propio de un banco de la época victoriana. Por supuesto que la mayoría de la población cree que las AFP roban nuestro dinero, si es que los que se les oponen usan estrategias modernas para desprestigiarlas y las AFP están usando tecnología de la preguerra para defenderse. Es como que quieran que las odien, por alguna razón.
Por su lado, la entidad del Estado que regula a las AFP, que además es la encargada de difundir a la población cómo es que funcionan, la SBS, abandonó esa función hace mucho. En ese sentido, no debe sorprender que el otro bando, el que no tiene ningún problema en mentir y difamar y desinformar, haya sido el que domine esta discusión en la opinión pública, con los resultados que ya conocemos.
Algunos bancos en los últimos dos años han redescubierto la importancia de invertir en educación financiera y han lanzado programas que son en realidad guías de uso de sus productos: cómo usar la tarjeta de crédito, cómo evitar sobreendeudarte, etc. Eso no es educación financiera. Eso es publicidad disimulada de sus propios servicios. ¿Saben qué sí sería educación financiera de verdad, que de verdad aporta al desarrollo del país y no solo una línea para decir que se hizo algo y así quedar bien con el oficial de relaciones públicas, que es el que en verdad está tomando las decisiones?
Pues, comprarse el pleito. Tener un escuadrón de comunicadores explicando lo que realmente son las AFP cada vez que un líder de opinión malicioso desinforma al respecto. Apoyar a los que ya lo están haciendo, dando una lucha en desventaja. Si ustedes no toman el liderazgo de esa batalla, nadie lo va a hacer. No hace falta que redescubran la pólvora. Educación financiera se viene haciendo en el Perú desde hace un par de décadas, con excelentes resultados. Y comunicación frontal contra los que desinforman antes también lo hacíamos. ¿Por qué se abandonó? No lo tengo claro. Lo que sí tengo claro es que, si no lo retomamos, ningún programita de educación financiera va a servir para nada.