Mining with help of modern technology on slope of low mountain, in vegetal valley of Rhodope Mountains with forests and cloudy sky. Panorama, top view

Por Stakeholders

Lectura de:

FRANCISCO DUMLER – Profesor de la Diplomatura de Estudio Internacional en Gestión de la Sostenibilidad en las Organizaciones de Centrum PUCP

Sabemos que el sector minero es uno de los sectores más productivos para el Perú, con un aporte del 14.6 % del PBI nacional, según reportes del Ministerio de Energía y Minas del 2022. Sabemos también que, a pesar del auge de precios de los minerales en las últimas dos décadas, los desafíos más grandes que afronta el sector tienen que ver con la aceptación social y la prevención de conflictos en las regiones donde se desarrolla la minería.

¿Cómo pueden los países con industrias extractivas abordar este problema y ganar la aceptación social en estas áreas? La respuesta se encuentra en la planificación a largo plazo teniendo en cuenta la inversión para el desarrollo de la comunidad antes de iniciar la actividad minera en sí misma.

Varios países como Nueva Zelanda, Canadá y Sudáfrica han adoptado esta estrategia con éxito, pero para lograrlo es esencial realizar una evaluación exhaustiva del potencial del territorio. Esto implica identificar aquellas actividades que podrían aumentar la productividad y los ingresos de los agricultores y ganaderos locales. A partir de esta evaluación, crean programas y proyectos especializados destinados a apoyar el desarrollo de estas actividades económicas.

En Sudáfrica, cerca de los enclaves mineros se encuentran cultivos de caña de azúcar de baja productividad. Las empresas mineras han implementado programas que aumentan la productividad y los ingresos de los agricultores, reduciendo el conflicto en la región. Por otro lado, es importante el manejo sostenible de los recursos naturales, especialmente el agua, que es esencial para las comunidades locales. Esto implica considerar la gestión de las fuentes de agua y las cabeceras de cuenca desde el principio, mucho antes de que comience la actividad minera. Estos ejemplos son prueba de que poner sobre la mesa el impacto socioeconómico y ambiental de las comunidades, a la larga, contribuye al desarrollo sostenible de la industria minera.

La planificación estratégica con visión a largo plazo es clave para lograr la aceptación social y prevenir conflictos sociales en el sector minero. Los países deben invertir en el desarrollo de las comunidades y tener este objetivo como prioridad antes de comenzar con la actividad extractiva. Entendamos que, para apoyar actividades económicas, como la mencionada, debemos garantizar la gestión sostenible de sus recursos naturales.

Esto es “poner el caballo delante de la carreta”. Solo creando un entorno favorable que promueva la coexistencia pacífica entre la minería y las comunidades locales, lograremos el desarrollo sostenible y la estabilidad en estas regiones.







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