Imagina una sociedad donde el 100 % de la energía que consumimos proviene de fuentes renovables como la eólica, la solar, geotérmica. Una sociedad donde todos los residuos son valorizados, donde nuestras ciudades cuentan con infraestructura resiliente, y donde cada gota de agua residual es tratada y reutilizada. Imagina un país donde los bosques degradados renacen, reverdecidos por la acción colectiva.
Este futuro es posible, pero requiere planificación, voluntad política e implementación de acciones de adaptación y reducción de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). El instrumento que los países tienen para construir ese mañana son las Contribuciones Nacionalmente Determinadas (NDC): compromisos climáticos que cada nación asume para evitar que el aumento de la temperatura global supere los 2°C, y preferentemente, se mantenga por debajo de 1.5°C.
Es así que, las NDC son el corazón de la arquitectura del Acuerdo de Paris (2015), que establece que cada cinco años los países deben actualizar sus NDC con un sentido de ambición. Desde entonces, se han presentado dos rondas: en 2015 y en 2020. Ahora, en 2025, llega el momento de la tercera ronda: NDC 3.0, que definirá el rumbo climático hasta 2035.
Algunos países ya presentaron sus NDC 3.0 en la Cumbre Climática de la ONU en New York. Sin embargo, la gran cita será en la COP30, en Belém, Brasil, Belén, en noviembre del 2025. Hasta la fecha, se han presentado 62 NDC 3.0 que representan al 31 % de las emisiones globales de GEI1, quedan por presentar 135.
«¿Cómo queremos que sea nuestro futuro? Estamos en un momento decisivo».
¿Estamos en el camino hacia la descarbonización? El Balance Global de 2023 de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (UNFCCC, por sus siglas en inglés) analizó 168 NDC presentadas hasta el 2020. Los resultados son contundentes, ya que “las NDC actuales no son suficientes para cumplir con el Acuerdo de Paris”: i) con las NDC incondicionales actuales el mundo se encamina a un aumento de temperatura de 2.9°C; ii) con las NDC condicionales, la proyección es de 2.5°C de temperatura; iii) se requiere una reducción del 43 % para 2030, 60 % para 2035 y cero emisiones netas de CO2 para 2050; y, iv) las NDC actuales presentan una reducción del 2 % para el 2030 respecto a los niveles del 20192.
Por su parte, el Perú ha trazado su ruta climática con la convicción de que el desarrollo y la sostenibilidad pueden caminar juntos. En 2015, como anfitrión de la COP20, el país no solo facilitó las negociaciones climáticas internacionales, sino que también envió un mensaje claro: el cambio climático es una urgencia que exige ambición.
- En 2015, Perú se comprometió a reducir sus emisiones de GEI en 30 % respecto al escenario tendencial (BAU) al 2030.
- En 2020, elevó su ambición al 40 %, con una meta condicionada de no superar los 179 millones de toneladas CO2e al 2030.
Hoy, el país se prepara para presentar su NDC 3.0 alineada con su Estrategia Nacional de Cambio Climático al 2050, que apunta a la neutralidad climática.
¿Cómo queremos que sea nuestro futuro? Estamos en un momento decisivo. Este nuevo ciclo de las NDC 3.0 representa una oportunidad única de encaminar al mundo hacia un futuro más sostenible y que funcione para todos. Estamos llegando al punto de inflexión, el punto medio entre el momento en que la mayoría de los países comenzaron a aplicar sus NDC 2.0 y el momento en que muchos se han comprometido a alcanzar el objetivo de cero emisiones netas, en 2050. Las decisiones que tomemos hoy determinarán si el planeta que habitamos seguirá siendo un hogar seguro para las generaciones futuras. Las NDC 3.0 no son solo compromisos técnicos: son una hoja de ruta hacia un mundo más justo, resiliente y sostenible.
- https://www.climatewatchdata.org/ndc-tracker ↩︎
- Informe de Síntesis de las NDC 2023. ↩︎









