Por Stakeholders

Lectura de:

POR MERCEDES GÓMEZ – Directora de la carrera de Ingeniería Ambiental en la UPC

Cada día los impactos ambientales, sociales y económicos del cambio climático a nivel global, generan grandes retos para las empresas y organizaciones, creando desafíos de la mano con oportunidades de mejora. En las últimas décadas, el mundo empresarial ha ido cambiando con miras a la búsqueda de una gestión ambiental sostenible en cada una de sus actividades, ya sea en la elaboración de productos o la implementación de servicios, y va desde la forma de gestionar sus recursos hasta el planeamiento estratégico y financiero. Todo ello bajo el cumplimiento de la legislación, de los indicadores de manera responsable y con la implementación de tecnología e innovación constante.               

Una gestión ambiental sostenible implica identificar oportunidades de mejoras ambientales y sociales, tanto al interno como al externo de la empresa u organización. Se enfoca en maximizar la eficiencia en el uso de los recursos y minimizar riesgos, los cuales puedan ocasionar externalidades negativas para las mismas. La implementación de una gestión ambiental sostenible implica retos distintos dentro de cada tipo de empresa. Por ejemplo, para las pymes y debido a su estructura es un reto mayor, ya que muchas veces son informales, no tienen el capital financiero o humano para invertir o gestionar una política ambiental apropiada dentro de ella.

Sin embargo, esto no implica que no se puedan generar cambios a corto o largo plazo, como por ejemplo programas de eficiencia energética, de reciclaje, de ahorro de agua y papel, así como la inversión en equipos que puedan generar ahorro en costos. Cabe señalar, que existen mecanismos tantos técnicos (producción más limpia, ecoeficiencia) como financieros (acceso a créditos y fondos verdes) para llevarlos a cabo.

Asimismo, es importante mencionar que las empresas han ido avanzando desde una visión tradicional a una visión más innovadora. Empresas que reconocen los beneficios de ser ambiental y socialmente responsable generan relaciones estables con sus stakeholders, las cuales les permiten operar, generar trabajo y ser más competitivos a nivel nacional y global. Por otro lado, las diferentes industrias han implementado políticas y estrategias de sostenibilidad hacia una economía baja en carbono con enfoque a conservar la biodiversidad y hacer uso eficiente de los diferentes recursos.

Nuestro país se ha sumado a los grandes esfuerzos mundiales para enfrentar los efectos del cambio climático, a través de tecnologías limpias, procesos de ecoeficiencia, producción más limpia, economía circular, uso sostenible de recursos, consumo responsable; así como planes de adaptación y de mitigación orientados a sectores como energía, minería, petróleo, transporte, biotecnología, manufactura, manejo de desechos, forestal y uso de suelos, son cada vez más comunes y necesarios.

Cada vez más se generan inversiones en la ruta de la energía renovable, en el uso de la biotecnología, la biorremediación de suelos, las herramientas del análisis de ciclo, el ecodiseño, proyectos de reducción de emisiones, proyectos de conservación de la biodiversidad; así como fondos de inversiones sostenibles.

Por ello, las empresas se muestran de acuerdo en la necesidad de implementar una gestión sostenible y reconocen su impacto en sus finanzas, ya que van desde entender los beneficios de la mejora de procesos, la reducción de costos por el uso de agua y energía, por ejemplo, así como el no obtener sanciones por cumplir la legislación ambiental. Una gestión ambiental sostenible mejora su posicionamiento en el mercado, agrega valor a sus servicios y productos, captura un cliente que tiene mayor sensibilidad ambiental, mejora la imagen y les permite el acceso a mercados más exigentes en cumplimiento y respeto al medio ambiente.







Continúa con tu red social preferida

Al continuar serás un suscriptor gratuito

O continúa tu correo.

Escriba su correo electrónico con el que se suscribió para acceder

Suscríbete

Ya me suscribí.