Carlos Garatea, rector de la PUCP le otorga el doctorado honoris causa al profesor Paul Romer (Nobel de economía 2018)

Por Guillermo Román-Flores Zevallos - Director ejecutivo de Taller Creativo Consultores

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Esta coloquial frase (the elephant in the room), muy usada en el inglés para situaciones que no se pueden soslayar, resume en mi concepto lo que significó la presentación de Paul Romer (Premio Nobel de Economía 2018) en Lima, en el marco del simposio internacional de minería organizado por la SNMPE.

El economista norteamericano inició su ponencia haciendo una radiografía sobre el camino que algunas naciones y territorios han sido capaces de desarrollar como resultado de apostar por la economía de las ideas. En este caso, se refirió a Hong Kong y Singapur, dos ejemplos emblemáticos de países que impulsaron sus economías en base a la educación y la innovación. Apostando por el talento humano en base al conocimiento, pasando por un paulatino camino de prosperidad iniciado por periodos de consolidación industrial y manufacturera. Aunque no lo dijo explícitamente, no fue difícil leer entre líneas sobre nuestro próximo paso luego del desarrollo de una economía basada en la exportación de materias primas. Me dio la impresión de que nos quería desafiar con esta pregunta: ¿qué están pensando hacer como nación después de esta bonanza de altos precios internacionales de los metales?

En el hipotético caso que intentemos responderla, no tendríamos argumentos sólidos, ya que no existe una política de Estado que pueda responder con claridad al cierre de brechas sociales o a la generación de valor agregado. La riqueza se desvanece y aparecen en el escenario contradicciones como las de Cajamarca que, luego de 35 años de gran minería, está en el sótano del ranking de pobreza.

Sin embargo, si hubo un tema que gravitó durante toda su presentación fue el de la necesidad de organizar nuestra economía en base al imperio de la ley, en una clara referencia a que no hay crecimiento o lucha frontal contra la pobreza en sistemas informales o proclives a la corrupción. Y es aquí donde se da la paradoja peruana, un país bendecido por la naturaleza con gran riqueza mineral, pero con una minería ilegal en crecimiento desmedido -casi 40 % de la producción y exportación del oro es ilegal- sin generar recursos para el Estado o cuidados ambientales adecuados. 

«La riqueza se desvanece y aparecen en el escenario contradicciones como las de Cajamarca que, luego de 35 años de gran minería, está en el sótano del ranking de pobreza».

Según Romer, existe una receta aplicada y comprobada en países de todas las latitudes: desarrollar una institucionalidad fuerte e inclusiva, basada en reglas claras y predictibles. Lamentablemente en nuestro país no solo no se practica de forma sostenida, sino que, últimamente, desde la representación nacional, se está intentando desmantelar todos los avances al respecto. En esa materia el profesor Romer nos jalaría con 04 si fuéramos sus alumnos.

Finalmente, pero no menos importante, se asomó otro elefante en el salón, uno del que sí hemos aprendido, pero tenemos algunos pendientes. Es la necesidad de desarrollar una minería que impulse otras actividades encadenadas, la imagen de un largo tren impulsado por la locomotora de los minerales en nuestro país que debería llevarnos a repensar las políticas de educación financiera y el fomento emprendedor en regiones con alto potencial mineral; la inclusividad económica debería ser el indicador a perseguir por todos los involucrados en el sector minero.

Debo confesar que el gran optimismo que pregona el profesor Romer en sus postulados de economía de las ideas, me genera cierta frustración como peruano. La constante crisis institucional que vivimos sucede justamente en un momento en que deberíamos estar tomando decisiones para el futuro, ojalá no se nos escape esta oportunidad que nos da la alta demanda internacional de minerales en un contexto de excelentes precios. Espero que estas lecciones nos den la lucidez necesaria para enmendar el rumbo, muy acertada decisión de la Universidad Católica de otorgar el Doctorado honoris causa a tan reputado personaje.







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