Por Stakeholders

Lectura de:

Bernardo Kliksberg
Asesor de diversos organismos internacionales*

Portugal publicó un remitido, anunciando que es un país “libre de carbón” desde el 1/12/21. Llama “a invertir en el futuro, en el país, que ha hecho la elección correcta, eligiendo energías alternativas”.

Muestra al mundo que la gran meta presiona la opinión pública mundial, encabezada por los jóvenes, es viable. También están acelerando la descarbonización, y en primera fila del trabajos por las energías limpias países como los nórdicos, la Unión Europea, EE.UU y otros.

Es imprescindible para la humanidad cambiar su esquema energético actual basado en combustibles fósiles, por las energías alternativas. La economía combustible fósil es la gran productora de gases invernadero que generan el calentamiento global, y que está creando desequilibrios ecológicos extremos. Pueden ser aún mucho mayores en 10 años sino disminuyen las emisiones sucias. Las energías alternativas: la solar, la eólica, la mareomotriz, el hidrógeno y otras, significan protección de la salud, reducción de la polución (causa del 20% de las muertes), desarrollo agrícola, y un nuevo y gigantesco mercado creador de empleos decentes.

Sus costos de producción cayeron. Según la ONU: “Hoy es más barato construir nuevas plantas fotovoltaicas eólicas o solares que operar las centrales de carbón existentes”. Hay una ola de iniciativas. La Unión Europea se ha impuesto recortar las energías sucias en un 55% en la próxima década.

El Presidente Biden lanzó un gran programa de energías alternativas. Ordenó que todas las agencias federales las empleen, compren vehículos eléctricos, y usen materiales de construcción sostenibles. Implica que su gobierno va a transformar sus 300.000 edificios, sus 600.000 autos y camiones, y alinear sus 650 billones de dólares anuales de compras, a la meta de eliminar carbono y aplicar energías limpias. Estas políticas ampliarán sus mercados estimulando las inversiones empresariales en ellos.

Inglaterra está impulsando su sistema bancario a trabajar en finanzas verdes. Un caso de referencia que está marcando caminos es el del poderoso Banco NatWest, que está bajando su alto financiamiento a la industria del petróleo y el gas, y se propone ser líder en energías limpias. Se ha comprometido a dar un financiamiento de 133 billones de dólares, a proyectos de energía sostenible en los próximos 4 años. Su nueva presidenta Allison Rose dice “que será un banco con foco en ayudar a enfrentar el cambio climático”.

Por su parte, California, considerada la 6ta.economia del mundo, está tratando de que todos los nuevos edificios usen energías limpias, mediante mandatos legales, e incentivos. Los inversores están respondiendo masivamente.

El movimiento hacia las energías limpias ha encontrado fuertes resistencias en los intereses que las atacan para seguir lucrando con las sucias. Una de sus maniobras típicas es alentar la desinformación en las redes sociales, Google y YouTube han prohibido los avisos que niegan o relativiza los efectos del cambio climático, contradiciendo “el consenso científico sobre el mismo”.

El Informe 2021 de la ONU sobre energías renovables reporta que su producción aumento en un 30% en el 2020, pero que las sucias, siguen siendo el 80% de las energías utilizadas. Resalta que para muchos intereses fósiles más allá de declaraciones “lo que cuentan son las ganancias no el clima, ni la salud”. Por ello destaca que es necesario que los discursos favorables sean acompañados de indicadores concretos tanto en el campo público como en las empresas privadas. Entre los países del G20, el informe dice que solo han establecido indicadores Italia, Alemania, Francia e Inglaterra.

La lucha por crear economías verdes, basadas en las energías limpias será definitoria para el futuro del género humano.







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