Por JOSE-CARLOS DE PIÉROLA - Country Manager en Perú en Environmental Resources Management

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Muchas veces vemos la innovación y la sostenibilidad como nuevas formas o inventos que vienen de la ciencia espacial, o la gran solución a nuestros problemas. Y la verdad es que esta forma de ver la innovación solo la limita y la hace más lejana a los que podrían incursionar en ella.

Los cambios más robustos son los que parten de pequeños logros constantes y permanentes. Solo de esta manera se logra una verdadera evolución. También podríamos decir que otra buena parte viene del pensamiento divergente, de ese que propone las alternativas menos “conocidas” o menos regulares. Una de estas alternativas podría ser aplicar soluciones de una industria a otra, a fin de lograr, a partir de una adecuación de la solución, un resultado positivo y que genere valor.

Este año se cumplen 20 años del Proyecto Camisea. El proyecto que transformó la matriz energética del país y ha contribuido enormemente a la economía, con 2 % del PBI entre 2004 y 2023 y una generación de 20 mil empleos anuales entre directos e indirectos, además de la estabilidad de los precios de gas natural entre otros grandes beneficios. Justamente, dentro de estos se encuentra el Programa de Monitoreo de la Biodiversidad (PMB).

«Los cambios más robustos son los que parten de pequeños logros constantes y permanentes. Solo de esta manera se logra una verdadera evolución».

El PMB ha logrado recolectar información sobre la biodiversidad del entorno de Camisea durante 20 años, generando una herramienta muy potente para entender la dinámica del territorio a fin de lograr una planificación y coordinación conjunta con los actores locales. Este programa representa un hito en la gestión de la información de la biodiversidad, pues considera la observación del territorio, la utilización de cámaras trampa para monitoreo de vertebrados con ADN ambiental, el monitoreo de los recursos hidrobiológicos en los ríos y quebradas, el análisis del uso de los recursos provistos por la biodiversidad, el mapeo de hábitats críticos y la estimación de impactos residuales.

Si analizamos con detalle, todas las actividades realizadas por el PMB pueden ser herramientas para identificar la interdependencia de los proyectos con la naturaleza, sus riesgos, impactos y oportunidades. Esto es una perspectiva que aparece como innovadora para los inversionistas a nivel global desde el Taskforce on Nature related Financial Disclosures (TNFD, por sus siglas en inglés). Este marco de recomendación (ahora estándar) está siendo muy requerido a fin de integrar la naturaleza en la toma de decisiones de las empresas y sus finanzas. De hecho, yendo un paso más allá, el PMB es una forma inteligente y basada en ciencia y evidencia de entender el territorio, para luego lograr una planificación conjunta con el involucramiento de las agencias de gobierno, entre otros actores interesados, en beneficiarse del conocimiento para establecer acciones que permitan un aprovechamiento.

Es así como una solución que lleva cerca de 20 años puede ser el camino para adoptar un marco de referencia innovador y muy requerido por los inversionistas a nivel global, y muy pronto local. En un contexto de crisis climática e inestabilidad económica, donde los conflictos sociales están muy latentes, y se necesita una visión integradora de la naturaleza, los negocios y la sociedad, el PMB podría ser una alternativa a considerar.







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