Por Jorge Valladolid - Supervisor de Desarrollo de Tecnologías de Luz del Sur

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La incorporación de drones y robótica en las operaciones eléctricas representa uno de los avances tecnológicos más prometedores para la modernización de la red eléctrica peruana. En un entorno donde la eficiencia, seguridad y sostenibilidad son cada vez más demandadas, estas soluciones emergen como aliados clave para transformar actividades cotidianas que históricamente han requerido exposición a riesgos elevados y grandes recursos operativos.

Desde drones de hidrolavado y robots escaladores de estructuras eléctricas, hasta brazos robóticos para operación de redes energizadas, la gama de soluciones planteadas por Luz del sur pretende revolucionar la forma en la que se opera y mantiene la red eléctrica, incorporando un importante componente tecnológico. Más allá de la mera participación de estos equipos en inspecciones visuales, la apuesta ahora es porque estos puedan realizar actividades directamente sobre la red eléctrica, en colaboración con las cuadrillas de campo.

«La gama de soluciones planteadas por Luz del sur pretende revolucionar la forma en la que se opera y mantiene la red eléctrica».

Una de las ventajas más inmediatas de la implementación tecnológica es el impacto positivo en la seguridad de los operarios. Gracias a los drones y dispositivos robóticos, se reduce significativamente la necesidad de que trabajadores realicen labores en altura, accedan a espacios confinados o se expongan a cercanías peligrosas con redes energizadas. Esta reducción de riesgos ergonómicos y eléctricos no solo cuida al personal, sino que mejora los indicadores de salud ocupacional de las empresas.

Adicionalmente, el uso de estas tecnologías genera ahorros operativos considerables, al prescindir de maquinaria pesada como camiones grúa o de técnicas tradicionales como el entibado de zanjas y el escalamiento de estructuras que aliviana la logística de intervención en campo. Esto se traduce en menor consumo de recursos, tiempos más cortos de atención y una huella ambiental más baja.

Existen también oportunidades en la construcción de una sociedad más equitativa, la incorporación de esta tecnología permite operar y mantener la red con un menor esfuerzo físico, lo que facilita y promueve la participación de mujeres en actividades que tradicionalmente han venido siendo realizadas por hombres.

A pesar del potencial, no todo es camino libre, el rol de la vigilancia tecnológica, la selección de tecnologías y su posterior adaptación al entorno operativo, regulatorio y normativo peruano representa un reto importante para los equipos de desarrollo tecnológico e innovación. Por otro lado, debido a las particularidades de la red, muchos de estos desarrollos requieren de soluciones a medida, prototipado y constantes iteraciones en campo, por lo cual la manufactura local y el acompañamiento especializado toman relevancia. En ese sentido, en Perú no se cuenta con una amplia gama de startups o empresas dedicadas al diseño de mecanismos robóticos con las que se pueda cocrear y colaborar, lo que podría ralentizar la incorporación de estas tecnologías.

Otro obstáculo es la resistencia al cambio tecnológico. Las transformaciones digitales suelen generar incertidumbre en las organizaciones, y no son pocos los casos en que operarios o líderes técnicos ven con recelo la incorporación de elementos automatizados. Incluso los centros de control, corazón de la operación eléctrica, pueden mostrar reticencia a permitir la interacción de drones o robots con redes energizadas, por lo que corresponde a los líderes en tecnología e innovación, involucrar a distintas áreas de la empresa en el desarrollo de proyectos desde etapas tempranas, que aseguren la familiaridad en el funcionamiento y la rápida adopción de la tecnología.

La modernización de la operación eléctrica peruana no solo depende del equipamiento tecnológico, sino de un cambio cultural profundo. Fomentar la innovación, la apertura al aprendizaje digital y el liderazgo tecnológico será clave para que las empresas eléctricas abracen plenamente esta evolución.

Los drones y robots no son reemplazos del talento humano, sino extensiones inteligentes que permiten operar con mayor seguridad, eficiencia y sostenibilidad. La oportunidad está servida: toca ahora abrir los ojos, las mentes y las redes al futuro.







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