Recientemente, el The New York Times tituló como “Ozempic podría acabar con la comida chatarra” un artículo, destacando que “a medida que los nuevos y revolucionarios medicamentos para perder peso alejan a los consumidores de los alimentos ultraprocesados, la industria está a la caza de nuevos productos”. Esta innovación ha logrado en poco tiempo mucho más que la regulación estatal destinada a contrarrestar el uso de azúcar, sodio y grasas saturadas, ofreciendo importantes resultados en la salud pública.
En el contexto de la sostenibilidad, es relevante reflexionar sobre cómo la innovación puede tener un impacto positivo en la salud pública y, al mismo tiempo, un impacto negativo en industrias poco saludables, como la de la comida chatarra, que ahora se encuentra en un proceso de reinvención. Un ejemplo destacado es este medicamento, que ha demostrado ser muy eficaz en el control de la glucosa en sangre en pacientes con diabetes tipo 2 y en la reducción de complicaciones a largo plazo, como enfermedades cardiovasculares y renales. Sin embargo, su éxito se debe en gran parte a su capacidad para ayudar en la pérdida de peso y el control de la obesidad, lo que ha llevado a millones de personas en todo el mundo a utilizarlo, convirtiéndolo en el segundo medicamento más vendido a nivel global.
«Es relevante reflexionar sobre cómo la innovación puede tener un impacto positivo en la salud pública».
Se estima que hay más de 1000 millones de personas obesas en el mundo, una cifra que se ha duplicado en los últimos 30 años y que ha incrementado la morbilidad asociada a múltiples enfermedades, aumentando el gasto en sanidad para los presupuestos estatales. Esta innovación farmacéutica tiene el potencial de revertir esta tendencia. Como ocurrió con las vacunas para el COVID-19, la industria farmacéutica vuelve a ofrecer un aporte trascendental para la sociedad con múltiples impactos. La reducción en las tasas de diabetes y obesidad, así como la mejora en la salud mental debido a la carga emocional que generan estas afecciones, puede disminuir la presión económica sobre los sistemas de salud privados y públicos. Menos complicaciones crónicas significan menos hospitalizaciones y tratamientos costosos a largo plazo. Ya existe un debate sobre la cobertura de los seguros médicos para estos productos.
Con el componente tirzepatida del Ozempic, laboratorios Eli Lilly ha desarrollado el producto Zepbound, específicamente diseñado para la reducción de peso y el tratamiento de la apnea del sueño, contando con la aprobación de la FDA en EE. UU.
El éxito de Ozempic también tiene un gran impacto en el mundo empresarial, su gestión y la economía. El laboratorio danés Novo Nordisk, conocido por su liderazgo en insulina, descubrió Ozempic y Wegovy en sus actividades de investigación y desarrollo (I+D). Este hallazgo ha llevado a que su valor bursátil alcanzara los 620 000 millones de dólares a inicios de año, convirtiéndose en la empresa de mayor capitalización de Europa, con una cifra superior al PBI de su propio país y más del doble del PBI de Perú. Este mes de diciembre, el valor de las acciones de la empresa ha disminuido significativamente debido a que no lograron lanzar a tiempo una nueva versión más desarrollada.
Es importante que los ciudadanos conozcan estos avances y mejoras provenientes de empresas competitivas y comprometidas con la sostenibilidad, y que los celebren. Vivimos en un período de desarrollo tecnológico, productividad agrícola, soluciones energéticas y revolución en la medicina, que no es gratuito, sino el resultado de mucha inversión, compromiso con el futuro y un enfoque en el desarrollo sostenible. Vale la pena compartir las buenas noticias empresariales.