En un mundo de mercados inciertos y cadenas logísticas cada vez más complejas, la clave del éxito radica en la flexibilidad y eficiencia de las cadenas de suministro. El megapuerto de Chancay es la respuesta al santo grial de las cadenas de suministros que es la eficiencia y la capacidad de respuesta en el comercio global.
El puerto ofrece una ventaja estratégica evidente: reducirá el tiempo de transporte hacia Asia de 35 a 25 días, permitiendo a países como Colombia, Ecuador, Bolivia, y Chile enviar sus productos sin necesidad de recurrir a puertos más lejanos como Manzanillo, en México, o California, en Estados Unidos. Es decir, se establece una nueva ruta comercial con mayor capacidad de respuesta y eficiencia a estos mercados.
A eso se suma que el gran calado de la bahía de Chancay permite al puerto recibir los buques más grandes del mundo, con capacidad para transportar hasta 24 000 contenedores. Esto brindará a las navieras la oportunidad de enviar cargas más voluminosas a un costo más bajo.
El impacto económico del megapuerto es significativo. Según el Ministerio de Producción, el proyecto generará aproximadamente 4500 millones de dólares, representando un 1,8 % del PIB peruano, mientras que el Banco Central estima que la fase inicial añadirá un 0,9 % al PIB en el próximo año. Este crecimiento es particularmente relevante en un escenario donde el Canal de Panamá enfrenta problemas de sequía que han desviado el tráfico marítimo hacia rutas más largas y costosas.
«El puerto ofrece una ventaja estratégica evidente: reducirá el tiempo de transporte hacia Asia de 35 a 25 días».
Más allá de las cifras, el puerto atraerá inversiones extranjeras, promoviendo la instalación de centros de distribución y plantas industriales en el país. Este desarrollo no solo diversificará la economía peruana, sino que también consolidará al país como un hub logístico regional. No obstante, alcanzar el potencial del megapuerto requiere superar varios desafíos. Uno de los más apremiantes es la mejora de las vías subnacionales, cuya mala calidad incrementa los costos logísticos al 34 % del valor del producto, muy por encima del promedio latinoamericano de 24 %.
Además, es crucial desarrollar servicios multimodales y fortalecer la infraestructura de cabotaje, modernizar los puertos fluviales e implementar hidrovías. La creación de parques tecnológicos industriales en la zona de Chancay también sería fundamental para fomentar la innovación y la competitividad.
Un reto importante es la creación de un tren bioceánico que conecte Brasil con la costa pacífica peruana, ya que este es un país con mayor volumen de intercambios con China de toda la región.
En ese camino es necesario establecer alianzas entre empresas, universidades y Gobiernos para facilitar la transferencia de conocimiento y tecnología como la adopción de la Industria 4.0 en las cadenas de suministros.
Finalmente, un país no se industrializa simplemente construyendo fábricas o puertos, sino desarrollando mercados. La tarea está hecha desde el mercado con más de 70 socios comerciales que podemos atender, la variable regresa a las empresas y al estado desde la productividad que podemos ofrecer.