Las finanzas verdes han emergido como un elemento clave en la agenda económica global, y Perú se está posicionando como un actor relevante en este ámbito. En un mundo donde la sostenibilidad no es opcional, sino crucial, estas finanzas ofrecen una oportunidad única para alinear los objetivos económicos con los ambientales, promoviendo un crecimiento resiliente y sostenible.
El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) ha sido un socio estratégico para América Latina y Caribe, y especialmente Perú, en la promoción de las finanzas verdes, uno de los ejes principales de su estrategia de desarrollo para la región. Las finanzas verdes representan una oportunidad para la transición de la región hacia una economía inclusiva y baja en carbono. A través de su apoyo en la creación de iniciativas como el Programa para Bionegocios, desarrollado en conjunto con el Ministerio del Ambiente, el BID ha impulsado la implementación de mecanismos financieros que promueven la conservación de la biodiversidad y el desarrollo sostenible de la Amazonía Peruana.
Este programa ha sido pionero en atender las necesidades de los bionegocios en Perú, apuntando a asegurar el uso sostenible del capital natural en las regiones amazónicas y fomentando la inversión en las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) de sectores clave. Estos esfuerzos canalizan recursos hacia áreas críticas para un desarrollo sostenible y apoyan el fortalecimiento de la capacidad institucional para gestionar proyectos sostenibles tanto del lado público como privado. Como resultado, se está logrando un crecimiento económico a largo plazo que, además, protege los recursos naturales del país.
«Las finanzas verdes representan una oportunidad para la transición de la región hacia una economía inclusiva y baja en carbono».
La colaboración con el sector privado ha sido fundamental para el éxito de este proceso. Instituciones como la Federación Peruana de Cajas Municipales de Ahorro y Crédito (FEPCMAC) y la Federación Nacional de Cooperativas de Ahorro y Crédito (FENACREP) han jugado un papel crucial en el desarrollo de instrumentos financieros innovadores, como los bonos verdes y mecanismos de financiamiento que apoyan proyectos de mitigación y adaptación al cambio climático. Estos esfuerzos ayudan a mejorar la percepción del riesgo, lo que a su vez incentiva una mayor inversión en la bioeconomía. Entre 2014 y 2023, el país tuvo un total de siete emisiones de bonos verdes por un total de USD 1100 millones, de acuerdo con información obtenida de un mapeo interno realizado en el marco de la Plataforma de Transparencia de Bonos Verdes con fuentes de datos abiertos y privados (CBI, Enviromental Finance, Bloomberg, y noticias).
Para seguir avanzando, es esencial consolidar el sistema de finanzas verdes en Perú y continuar fortaleciendo la capacidad institucional y desarrollando mecanismos financieros innovadores, lo que permitirá aprovechar plenamente las oportunidades que este mercado emergente ofrece. Incluso, promover la sensibilización y capacitación en el sector financiero sobre la importancia de la sostenibilidad ambiental y los riesgos asociados al cambio climático es clave para asegurar una participación creciente en iniciativas verdes y una alineación más sólida con los objetivos globales de sostenibilidad.
Finalmente, las finanzas verdes son más que una tendencia pasajera; representan el futuro económico de Perú. El país tiene una oportunidad única para liderar en este campo, aprovechando su vasta biodiversidad y su firme compromiso con la sostenibilidad. Sin embargo, para alcanzar este potencial, es fundamental que el sector financiero, el Gobierno y la sociedad civil trabajen en conjunto para crear un entorno favorable al desarrollo de instrumentos financieros verdes. Estos no solo impulsarán el crecimiento económico, también contribuirán de manera decisiva a la protección del medio ambiente. En un mundo donde el cambio climático es una realidad innegable, las finanzas verdes son la clave para un futuro más próspero y sostenible para todos.