Por Stakeholders

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POR LUCIANO PAREDES CHERVELLINI – Gerente de Asuntos Corporativos de ComexPerú

En los últimos 25 años, nuestro mundo ha experimentado una transformación acelerada y disruptiva. Acontecimientos como la adopción masiva del internet a finales de los noventa y el lanzamiento de los primeros teléfonos inteligentes en 2007 han generado un impacto profundo en la forma en que socializamos, comunicamos y nos relacionamos con nuestros pares. Actualmente, vivimos en una sociedad altamente conectada, en la que la información fluye como una moneda de cambio corriente. Sin embargo, el principal desafío radica en que una mayor conectividad no implica necesariamente una mayor cohesión, y que la información disponible puede variar entre ser precisa o completamente distorsionada. Estas nuevas dinámicas de la sociedad moderna no pasan desapercibidas para las empresas, que se han visto obligadas a adoptar roles más proactivos y reconocer que la viabilidad de sus negocios no se puede evaluar solamente a través de un estado de resultados financieros.

En este contexto, diversas tendencias emergentes están moldeando la estrategia empresarial de sostenibilidad. Un ejemplo destacado es la implementación de principios ESG (ambientales, sociales y de gobernanza), diseñados para integrar prácticas sostenibles y mantener la competitividad en el mercado global. Herramientas estandarizadas de reporte, como el Global Reporting Initiative (GRI), y certificaciones como B Corporation, constituyen parte de este renovado toolkit que las empresas utilizan para medir, estructurar y posicionar sus esfuerzos en sostenibilidad. Sin embargo, un desafío común a todas estas herramientas es su enfoque individualista. A pesar de que contemplan la interacción con los stakeholders, tienden a centrarse en las prioridades y objetivos específicos de cada empresa, sin promover suficientemente el esfuerzo colectivo. Como consecuencia, observamos numerosas empresas realizando esfuerzos significativos, pero en conjunto, insuficientes. No podemos forjar el túnel hacia el desarrollo con un montón de individuos armados con una cuchara.

La necesidad de una mayor asociatividad parece haber calado profundamente en la comunidad empresarial peruana y ha desencadenado importantes movimientos como Perú Sostenible, ALOXI, Hombro a Hombro, Es Hoy, Capitalismo Consciente, L+1, solo por mencionar algunos espacios. Desde ComexPerú, nos sumaremos a esta causa en el primer trimestre de 2024 a través de la creación de nuestro Comité de Sostenibilidad, que busca organizar los esfuerzos de nuestros asociados y entidades aliadas en base a ejes específicos de trabajo, siendo el primero de ellos la educación.

Asegurar el aprendizaje de las nuevas generaciones es un factor fundamental para el éxito económico y social de nuestro país. Ciudadanos mejor educados, no solo accederán a mejores oportunidades de empleo, sino que impactarán positivamente en la competitividad nacional e incluso pueden construir democracias más funcionales. Sin embargo, en Perú solo el 41 % de locales educativos cuenta con acceso a internet, 45 % con agua potable y 79 % con acceso a energía eléctrica. En estas condiciones estamos construyendo el capital humano y social de las próximas dos décadas, una situación inaceptable que estamos convencidos debemos revertir juntos con urgencia.

Ya sea educación, salud, empoderamiento de la mujer, o inclusión de personas con habilidades diferentes, las oportunidades (y necesidades) para involucrarnos como una fuerza de cambio son varias y muy importantes. Es momento de asociarnos, mirarnos con un enfoque más amplio y reconocernos como compañeros del mismo equipo en estas cruzadas por el desarrollo. Articular para crear sinergias, es el próximo paso natural hacia una actividad empresarial más sostenible.







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