Por Por María Hinostroza PhD - Candidato en Sostenibilidad Ambiental en la Universidad de Ottawa y jefe de Innovación de Asociación Unacem
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En los últimos años, la convergencia entre los principios de la economía circular y las tecnologías de transformación digital ha cobrado relevancia debido a su aporte al desarrollo sostenible. El artículo Linking Circular Economy and Digitalisation Technologies: A Systematic Literature Review of Past Achievements and Future Promises (Chauhan et al., 2022) analiza los logros clave, barreras y oportunidades que surgen de esta integración.
Entre las principales lecciones aprendidas, se destaca la complementariedad potencial entre ambas áreas, los obstáculos en la implementación de estas sinergias y el conocimiento específico de la industria resaltando la importancia de esta colaboración. Un hallazgo central es el considerable potencial de la digitalización —a través de herramientas como el Internet de las Cosas (IoT), la Inteligencia Artificial (IA), el Blockchain y el Big Data— para impulsar y mejorar las prácticas de la economía circular. Estas tecnologías actúan como facilitadores que pueden incrementar significativamente la eficiencia en el uso de los recursos al optimizar los ciclos de vida de los productos, reducir los residuos, facilitar los procesos de reciclaje y promover la reutilización de materiales. Además, mediante el análisis de datos en tiempo real y capacidades predictivas, las herramientas digitales permiten una toma de decisiones más informada y modelos de negocio más sostenibles. Por ejemplo, el IoT puede monitorear el uso y las condiciones de los productos, permitiendo un mantenimiento predictivo que prolonga su vida útil, mientras que el Blockchain ofrece transparencia y confianza en los flujos de materiales, aspectos cruciales en los sistemas de economías circulares.
A pesar de estos avances prometedores, existen barreras significativas para la adopción generalizada de modelos digitalizados en la economía circular. Entre los desafíos más notables se encuentran los altos costos de la infraestructura tecnológica, la limitada escalabilidad de los proyectos piloto y la falta de estándares de datos. Algunos sectores, como aquellos relacionados a la manufactura, gestión de residuos y energía, han aprovechado las innovaciones digitales para mejorar la eficiencia y reducir los residuos. En contraste, sectores como la agricultura, la construcción y el comercio minorista aún no han explotado completamente el potencial de estas herramientas. Esta disparidad sugiere la necesidad de estrategias que impulsen la adopción de la digitalización en sectores menos avanzados. En este contexto, el aprendizaje intersectorial es crucial para impulsar el progreso en la adopción de estos modelos circulares.
Desde una perspectiva empresarial, la falta de marcos regulatorios e incentivos adecuados para adoptar estas tecnologías representa un obstáculo importante. Muchas empresas encuentran difícil justificar las inversiones iniciales, especialmente en regiones con políticas de sostenibilidad poco desarrolladas.
«Desde una perspectiva empresarial, la falta de marcos regulatorios e incentivos adecuados para adoptar estas tecnologías representa un obstáculo importante».
En este escenario, la colaboración entre Gobiernos, industrias, academia y la sociedad civil es esencial para acelerar la innovación, desarrollar políticas y superar las barreras existentes. Este esfuerzo colaborativo debe centrarse en la creación de marcos integrados, la estandarización de metodologías y la promoción del aprendizaje intersectorial, todo ello necesario para lograr el potencial de la digitalización en la economía circular. La estandarización de metodologías y la implementación de indicadores de resultados circulares, como la eficiencia en el uso de recursos y la reducción de residuos habilitada por la tecnología, serán claves para evaluar el progreso.
Finalmente, la replicabilidad de las mejores prácticas y los casos de éxito permitirán una adopción más amplia de las herramientas digitales para impulsar la circularidad. Se espera que tanto las autoridades como los líderes empresariales fomenten un entorno que facilite estas prácticas y propicie el intercambio de conocimientos para acelerar su implementación generalizada.
