Por Ronny Fischer - Director del Centro de Sostenibilidad de la Universidad de Lima

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El Día Internacional de la Limpieza de Playas se conmemora globalmente el tercer sábado de septiembre. Esta iniciativa fue instaurada por la organización Ocean Conservancy a partir de su primera jornada realizada en 1986 en Texas por Linda Maraniss y Kathy O’Hara, quienes combinaron la limpieza y el registro meticuloso de los desechos marinos con el propósito de analizarlos, documentarlos y promover soluciones basadas en datos científicos. 

En 2024, más de 486 000 voluntarios retiraron más de 3700 toneladas de basura, incluidos envases de alimentos, botellas y colillas. Desde su creación, cerca de 19 millones de personas han participado en la remoción de más de 200 mil toneladas de desechos de acuerdo a los últimos datos de Ocean Conservancy. Estas cifras demuestran que, aunque la acción de limpieza es valiosa, se tiene claro que no basta por sí sola: es urgente incorporarse al diálogo directo con los bañistas, explicar el impacto de cada residuo y fomentar decisiones conscientes y duraderas.

El problema de la contaminación plástica es abrumador a nivel global, regional y nacional. Anualmente, se generan más de 400 millones de toneladas de plástico a nivel mundial, y solo el 9 % se recicla; el resto termina en vertederos o se dispersa en el entorno, según la organización Plastic Bank. A nivel regional, un estudio realizado sobre 12 000 km de costa pacífica en América Latina reveló que la mayoría de los envases hallados en playas eran de origen local y, con frecuencia, de consumo menor a un año; sin embargo, algunos envases tenían más de una década. 

«El problema de la contaminación plástica es abrumador a nivel global, regional y nacional. Anualmente, se generan más de 400 millones de toneladas de plástico a nivel mundial, y solo el 9 % se recicla».

En el caso de Perú, el consumo promedio de plásticos desechables es de 30 kg por persona al año; en el caso de Lima, la capital genera 886 toneladas de residuos plásticos diarios, de los cuales solo el 10 % se recicla. Desde 2011, la campaña HAZla por tu Playa ha recogido más de 216 toneladas de desechos en las costas del país, de acuerdo con las cifras de la Sociedad Peruana de Derecho Ambiental. Según el portal de noticias Mongabay, entre 2021 y 2022, el 53 % de los pescadores artesanales peruanos enfrentó incidentes con residuos plásticos, con pérdidas promedio de USD 669 por pescador, con un total de cerca de USD 83 millones —equivalente al 0,78 % del PIB pesquero nacional—. Estas cifras subrayan que limpiar playas tiene un alcance limitado; el verdadero cambio requiere educar en el terreno y convencer mediante el diálogo informado.

El sentido profundo del Día Internacional de la Limpieza de Playas radica en trascender la mera eliminación de basura y, más bien, sostenerse en la interacción directa con bañistas para sembrar conciencia. A través de explicaciones claras sobre la procedencia del plástico, su durabilidad ambiental y los efectos sobre la vida marina, así como los casos de pescadores afectados, ecosistemas frágiles sacrificados y, no por último, la calidad de recreo, se logra que las personas comprendan que cada acción cuenta. 

En ese sentido, iniciativas de diálogo en las costas pueden propiciar un cambio de comportamiento real, como motivar el empleo de alternativas reutilizables, evitar plásticos de un solo uso y favorecer prácticas como el retorno de envases. Solo así, al vincular la limpieza con la educación activa y el compromiso ciudadano, se puede aspirar a revertir la crisis de contaminación marina que, de otro modo, continuará expandiéndose sin control.







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