El territorio del Perú registra todos los años diversos tipos de desastres naturales que ocasionan cuantiosas pérdidas materiales. Foto: Andina.
El territorio del Perú registra todos los años diversos tipos de desastres naturales que ocasionan cuantiosas pérdidas materiales. Foto: Andina.

Por Edmundo Lizarzaburu. Profesor de la carrera de Administración y Finanzas de ESAN University.

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En el Perú, hablar de crecimiento sin gestión del riesgo de desastres (GRD) es una omisión estratégica. La Política Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres al 2050 fija el marco para la estimación, la prevención, la preparación, la respuesta y la reconstrucción; su cumplimiento es ineludible si se aspira a proteger vidas, infraestructura y presupuesto público.

Señales del entorno y demanda de preparación

Los comunicados del ENFEN y el monitoreo del SENAMHI en 2024–2025 evidencian un entorno océano-atmosférico cambiante. Ante ello, el énfasis debe estar en planes de contingencia sectoriales y territoriales, no en “acertar el clima perfecto”, sino en operar con información y protocolos.

Tres impactos económico-financieros del riesgo

  1. Interrupciones operativas: redes viales, puentes, energía y agua pueden quedar inoperativos, elevando costos logísticos y de reposición.
  2. Presión fiscal: la emergencia y la reconstrucción reorientan partidas y postergan inversiones programadas.
  3. Golpe a hogares y MYPE: caída de ingresos, pérdida de inventarios y sobreendeudamiento en territorios expuestos. Cada sol invertido en prevención ahorra múltiples soles en respuesta. La GRD no es un trámite; es una ventaja competitiva del territorio.
  4. Cinco líneas de acción inmediatas
  5. Planificación por escenarios. Actualizar los PPRRD de gobiernos regionales y locales, articulados con el CENEPRED y la PCM, usando datos y prioridades claras.
  6. Infraestructura crítica resiliente. Diseñar, ubicar y mantener obras con criterios hidrometeorológicos y geotécnicos, no solo por costo inicial.
  7. Finanzas públicas contracíclicas. Bonos catastróficos, seguros paramétricos y fondos de contingencia alineados al perfil de amenaza por cuenca y región.
  8. Seguro y microseguro inclusivo. Coberturas simples, primas asequibles y pagos ágiles posevento para hogares y MYPE.
  9. Alfabetización del riesgo. Simulacros, alertas tempranas, rutas de evacuación y cultura de preparación en escuelas y empresas.

Gobernanza y métricas para una GRD efectiva

La coordinación CENEPRED–INDECI–sectores debe traducirse en tableros con indicadores operativos tiempo de restablecimiento de servicios, cobertura de microseguros, ejecución de mantenimiento preventivo, ratio prevención: respuesta) y en protocolos de activación que escalen desde el nivel local al nacional. El objetivo: reducir pérdidas y acelerar la recuperación cuando la amenaza se convierte en desastre.

Declaración de opinión

Las afirmaciones valorativas de esta nota recogen el análisis y propuestas del autor del texto base, emitidas con fines de divulgación técnica y mejora de la política pública; no constituyen asesoría financiera ni de ingeniería para casos específicos.

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