Por Stakeholders

Lectura de:

Carlos Zapata
ESG Portfolio Manager/Consultor en Sostenibilidad/Catedrático de Sostenibilidad en la Universidad de San Francisco

Un programa de sostenibilidad bien diseñado e implementado no beneficia a un grupo, ni a un cierto sector. Beneficia a todos. Por ende, aparte de los beneficios de implementar un marco de sostenibilidad para las empresas privadas, sus empleados, sus accionistas, clientes, proveedores, y comunidades donde operan, el gobierno debería también brindar incentivos económicos para que más empresas adopten marcos y programas de sostenibilidad.

Por ejemplo, con el reciente cambio de gobierno en los Estados Unidos, se empezó a ver un renovado compromiso con la lucha por el cambio climático, el cual había sido eliminado con el anterior gobierno. El beneficio de un programa de sostenibilidad a nivel nacional se evidencia a través de nuevos e innovadores programas, además de la renovación de otros como la obtención de neutralidad de carbono. Gobiernos que ignoran la clara evidencia y la ciencia con respecto al cambio climático, ponen en peligro no solamente la economía del país, sino también la salud pública.

La sostenibilidad de un país no se basa únicamente en el medio ambiente, sino se enfoca también en otros sectores como la agricultura, la construcción, la minería, el transporte, energía, vivienda, innovación, y responsabilidad fiscal del sector privado, entre otros. Algunos ejemplos en el rubro de agricultura son sistemas climáticos inteligentes, resiliencia, conservación, y normas de protección ambiental en zonas agrícolas.
En junio del 2019, tuve la oportunidad de integrar un pequeño y selecto grupo de profesionales de sostenibilidad de varios países del mundo, que fue capacitado por el World Business Council for Sustainable Development (WBCSD) durante una semana en Londres, Reino Unido. El WBCSD nos capacitó en su sistema de Economía Circular, Ciudades y Transporte, Medio Ambiente y Energía, Alimentos y Naturaleza, Personas, y Redefinición de Valores.

Estos programas son implementados en grandes empresas globales y gobiernos municipales, regionales, y estatales. Para simplemente exponer un solo ejemplo que sirva de inspiración y acción para los políticos que tomarán las riendas de nuestro país a partir de julio del presente año, mencionaré el proyecto que el WBCSD lleva a cabo en coordinación con la municipalidad de la ciudad de Birmingham, Inglaterra. El proyecto ZEC (Zero Emission Cities) Birmingham, busca reducir agresivamente las emisiones de dióxido de carbono y gases de efecto invernadero que genera la ciudad.

Al lograr el compromiso del gobierno municipal y la empresa privada, el WBCSD y la ciudad de Birmingham generarán numerosas fuentes de trabajo, mejorarán la red de transporte con otras regiones del Reino Unido, contribuirán con el desarrollo del sector vivienda, entre otros objetivos y metas importantes. Con estas metas, la ciudad de Birmingham apunta a convertirse en la primera ciudad sostenible del Reino Unido.

Este programa se logra adoptando e implementando un marco llamado Arcadis STAR, el cual a su vez se basa en 10 pilares de sostenibilidad: Energía y Cambio Climático, Agua, Desechos, Construcción, Capital Natural, Transporte y Acceso, Materiales y Recursos, Comunidad y Cultura, Economía Local, y Salud y Bienestar.

Lo que llevan a cabo el WBCSD y la ciudad de Birmingham, es únicamente un ejemplo – de muchos otros que podría mencionar- con el cual busco demostrar que el trabajo conjunto y solidario entre los gobiernos -en todos sus niveles- y el sector privado, pueden lograr importantes objetivos en la sostenibilidad nacional.

Esto dependerá de la voluntad y capacidad del gobierno entrante en el Perú este año 2021 y los incentivos que puedan brindar al sector privado para llevar a cabo proyectos que el Perú necesita con urgencia.







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