Por MARIELLA SÁNCHEZ GUERRA - Directora ejecutiva del Fondo de Agua para Lima y Callao

Lectura de:

Quienes dirigen empresas son conscientes de las dificultades que pueden surgir por la falta de agua y la calidad del agua de la que se disponga. Si no hay suficiente producción en el mercado, no se abastecerá adecuadamente a la población; los precios suben, la economía se ve afectada para todos. A su vez, la disminución en las posibilidades de producción genera pérdidas y reducción de mano de obra y, por lo tanto, desempleo. El estudio de Aquafondo, denominado Crisis Hídrica, una amenaza silenciosa para el desarrollo económico, revela que la situación hídrica para Lima en los próximos 10 a 15 años será desfavorable y ante un escenario de disminución de 30 % en la disponibilidad hídrica y en la oferta de agua, se perderían alrededor de 35 mil empleos. Tomando en cuenta la composición familiar, esto afectaría a 120 mil habitantes. Situación similar viviría la agricultura poniendo en riesgo la seguridad alimentaria e incrementando la pobreza en las áreas rurales donde los agricultores dependen del agua para sus cultivos y ganado.

«La falta de agua potable afecta directamente a las ciudades y comunidades y puede tener consecuencias inmediatas».

Además de estos impactos, podemos sumar directamente el impacto en la salud; pues la escasez de agua puede limitar el acceso a agua potable, lo que incrementa el riesgo de enfermedades transmitidas por el agua, como diarrea, cólera y otras infecciones gastrointestinales, así como otras enfermedades que se derivan de la higiene. Entre otras implicancias que generalmente no son tan visibles podemos registrar:

  • La restricción energética que puede surgir en un contexto de crisis hídrica. Perú depende en gran medida de la energía hidroeléctrica. La falta de agua afecta la generación de electricidad, lo que puede llevar a apagones y a un incremento en los costos de energía.
  • El deterioro del medio ambiente, considerando que la falta de agua puede afectar gravemente los ecosistemas terrestres y acuáticos, poniendo en peligro la flora y fauna locales. Una escasez prolongada de agua puede llevar a la desertificación de ciertas áreas, reduciendo la biodiversidad y alterando los hábitats naturales y, esto a su vez, puede afectar el turismo al reducir los atractivos naturales y actividades recreativas que dependen del agua como ríos, lagos y otras áreas.
  • La escasez de agua puede exacerbar los conflictos sociales ante la competencia por este recurso limitado, entre comunidades, sectores económicos e incluso regiones.

Lima cuenta con tres cuencas (Chillón, Rímac y Lurín) cuya agua no es suficiente y nos valemos de una cuarta fuente: la cuenca del Mantaro a través de un trasvase que nos permite a todos los que vivimos en Lima contar con más agua disponible y, aún así, mantener aún una brecha insatisfecha. Lo real es que no todos los distritos de la capital cuentan con agua las 24 horas del día, aun contando con instalaciones de agua y, por otro lado, más de 600 mil habitantes no tienen redes de agua. Esto implica que adquieran de cisternas pagando un sobreprecio por agua de dudosa calidad.

En resumen, la falta de agua potable afecta directamente a las ciudades y comunidades y puede tener consecuencias inmediatas, pues tiene el potencial de afectar múltiples aspectos de la vida diaria, desde la salud y la economía hasta el medio ambiente y la cohesión social.

Es importante hablar del tema al mismo tiempo que tomamos acciones para cuidar nuestro planeta, debemos usar el agua de manera inteligente para que todos podamos tener suficiente agua para beber y usar en nuestras vidas diarias. El tema es impostergable, debemos abordar esta crisis de manera integral, promoviendo políticas de conservación, gestión eficiente y desarrollo de infraestructura sostenible. Seamos todos y todas “Guardianes del Agua”.







Continúa con tu red social preferida

Al continuar serás un suscriptor gratuito

O continúa tu correo.

Escriba su correo electrónico con el que se suscribió para acceder

Suscríbete

Ya me suscribí.