Baltazar Caravedo Molinari
Miembro del Directorio de CTC Consultores
La tensión social de predominio entrópico puede desplegarse durante un período relativamente largo, y generar situaciones de conflicto social frecuentes. En los próximos 20 años la sociedad mundial podría caracterizarse como frustrada, desilusionada, informada y dividida. El reacomodo de los diferentes componentes del sistema generará una institucionalidad más compleja, la misma que requerirá de nuevo tipo de organizaciones y de políticas integrales (no sólo económicas).
En la dimensión económica el rol del Estado será mayor, transitoriamente, destinando recursos a actividades de salud, educación, saneamiento y seguridad. La captación de inversión privada se podría obtener a partir de un mecanismo de Bolsa de Valores Integral, Sostenible y Sistémico (BISS) que atraiga inversiones de impacto que complemente el funcionamiento de las actuales bolsas de valores. El criterio de rentabilidad de este tipo de bolsa sería el de valor- sistema que haría funcionar la propuesta de BISS en base a energía social, un concepto que relaciona los vínculos de cohesión y repulsión medidos en kw para establecer el balance energético social en el funcionamiento de una entidad (empresa, organización no empresarial, ciudad, región, país, mundo).
Las organizaciones, privadas, sociales o públicas necesitarán de nuevas metodologías y prácticas para enfrentar la energía de repulsión predomínate en los vínculos sociales. Ello podría ser una oportunidad para la emergencia más veloz de empresas B, empresas BIC, empresas que impulsan economías circulares, economía colaborativa, o economías solidarias o que adoptan la perspectiva de capitalismo consciente. Los comportamientos socialmente responsables y de sostenibilidad más congruentes con las necesidades sociales de la humanidad serían estimulados para el funcionamiento de las empresas privadas y públicas en general. Se necesitaría actuar en varios planos e instituciones simultáneamente: escuelas, universidades, espacios de radio y televisión, empresas extractivas, transformativas y comerciales, organizaciones formales e informales, situaciones de tensión, conflicto y crisis, espacios de la vía pública, y transporte público y privado. Se buscaría generar comportamientos más profundamente éticos y democráticos de las organizaciones sociales y de las entidades públicas: Congreso, gobiernos regionales y municipales, y ministerios.
Para que el predominio de la energía social negativa actual tienda a disminuir o volverse subordinada frente a la energía social positiva debieran de darse algunas condiciones:
a) Que las prácticas sociales y ambientales de las empresas se tornen consistentes en términos de su comportamiento socialmente responsable en todo rubro, dimensión y tipo de actividad;
b) Que se expandan las empresas con propósito social y ambiental desde un nuevo tipo de gestión en la perspectiva de energía circular (empresas B, empresas BIC, empresas que adoptan una práctica de economía circular, empresas que se organicen en la perspectiva de capitalismo consciente);
c) Que se multiplique la inversión en salud para enfrentar nuevas enfermedades (o variantes de éstas) y atacarlas los más rápidamente posible;
d) Que en el plano del contenido educativo se desarrolle una perspectiva no lineal de razonamiento incorporando sistemas complejos para observar los procesos sociales y explicar la múltiple realidad;
e) Que se amplíe la consciencia respecto a los mensajes que se intercambian para incorporar más profunda y afectivamente el sentido de la colaboración y el bien común;
f) Que el sistema social sustituya el uso de la energía fósil por energía renovable;
g) Que la transformación tecnológica sea incorporada casi simultáneamente en todos los componentes del sistema;
h) Que se hagan predominantes las lógicas de funcionamiento de los sistemas y subsistemas que tienden a generar cohesión.