Tras los cambios surgidos por la pandemia del Covid19, la manera de trabajar de la mayoría de las personas ha cambiado, principalmente, para bien.
Con el paso de los meses, se crearon dudas en torno al nivel de productividad y comodidad que los colaboradores podrían experimentar en un sistema de trabajo remoto, algunos estudios globales aseguran que el “engagement” y lealtad de los colaboradores hacia las organizaciones se ha visto comprometido.
Para Juan Pablo Bustamante, Director General de WeWork Perú, “ante este panorama, es importante comenzar a pensar en lo que el futuro traerá para las compañías, en la forma de trabajar, de conectar con sus colaboradores y, sobre todo, en el cómo podrán construir y mantener su cultura organizacional”. Asimismo, afirma que esta situación se ha convertido en la tarea principal para los profesionales de RH, averiguar cómo será la cultura de la empresa en un mundo híbrido donde las conexiones humanas no sólo son vitales para la salud mental, sino que también aumentan el sentimiento de inclusión y pertenencia que los colaboradores experimentan en su espacio de trabajo.
Además, según el especialista, la experiencia de trabajar y vivir en un mundo virtual nos ha enseñado que podemos ser mucho más flexibles, que no necesitamos reunirnos todos los días para ser productivos, pero también podemos ver claramente que trabajar virtualmente nunca sustituirá la experiencia de estar físicamente juntos o de hacer una lluvia de ideas para conectar con los demás.
Es por ello que, Bustamente, nos comparte cuatro acciones que, en su experiencia, los equipos encargados de Recursos Humanos en las organizaciones pueden compartir con sus líderes para facilitar la cultura y la conexión en un lugar de trabajo híbrido:
- Impulsar líderes más inspiradores y menos jerárquicos.
Cuando se trabaja con equipos híbridos es importante que cada miembro se sienta representado. Uno de los estudios de investigación que realizamos el año pasado mostró que el 80% de los Millennials y Centennials se sienten menos conectados con sus compañeros y líderes desde que trabajan desde casa, lo que significa que los equipos remotos podrían tener dificultades para conectar y comprometerse de la misma manera que los equipos presenciales. Para evitar esto, los líderes deben recurrir a formas de liderazgo más inspiradoras que compensen la falta de encuentros sociales e interacciones cara a cara.
- Fomentar las interacciones informales con su equipo.
Las reuniones virtuales son estupendas, pero seamos sinceros, nunca sustituirán los encuentros espontáneos y las conversaciones significativas en el pasillo con una taza de café. Este tipo de interacciones no se producen de forma tan natural en un entorno virtual; los líderes deben ser intencionales y generar nuevos enfoques para crear estas oportunidades mientras las personas siguen trabajando dentro y fuera de la empresa.
- Ser muy claros con sus expectativas como líderes.
A medida que continuamos la transición a una «nueva normalidad», estamos aprendiendo cosas nuevas cada día y descubriendo lo que nos funciona y lo que no. A la luz de esta incertidumbre, tenemos que establecer expectativas muy claras y proporcionar seguridad a nuestros equipos. Como líderes, es nuestra responsabilidad desplegar este mundo de nuevas posibilidades híbridas, estableciendo las reglas desde el principio y comunicando eficazmente lo que se espera de cada individuo, independientemente de su modelo de trabajo.
- Aprovechar el momento e incorporar la innovación en el lugar de trabajo.
Desde mi punto de vista, nunca ha habido un mejor momento para transformar nuestra forma de trabajar, desafiar el statu quo e innovar en el lugar de trabajo. Es el momento de aplicar cambios que beneficien a toda la organización en términos de productividad, creatividad y bienestar. Enfocado de la manera correcta, un lugar de trabajo híbrido que permita a los empleados decidir dónde, cómo y cuándo trabajan puede ayudarnos a aprovechar al máximo nuestro talento dondequiera que esté, al tiempo que reduce nuestros costos y genera un impacto positivo.
La cultura organizacional es parte del ADN de todos lo que forman parte de una compañía, por lo que si entre todos cuidamos que cada miembro realmente se sienta parte del día a día aún a la distancia, la adaptación a un sistema de trabajo híbrido será casi tan natural como lo que solíamos hacer todos juntos ocho horas en una misma oficina presencial.