Por Stakeholders

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Cientos de artículos científicos vienen examinando un posible vínculo de la Covid-19 con la disfunción eréctil, una patología que puede deberse a numerosos problemas médicos asociados a la reducción de la presión sanguínea o al funcionamiento del sistema nervioso. De hecho, más del 80 % de los hombres que la padecen pueden encontrar su origen en un problema o trastorno físico.

Las estimaciones de la magnitud del problema son variadas. Ranjith Ramasamy, experto en urología, y sus colegas encontraron que el riesgo de disfunción eréctil aumentó en un 20% tras una afección por el nuevo coronavirus. Otros investigadores han informado aumentos sustancialmente mayores en ese riesgo.

Cuando pacientes con problemas de erección acudieron a la clínica de Ramasamy, director de urología reproductiva de la Escuela de Medicina Miller de la Universidad de Miami, «lo descartamos pensando que todo era psicológico o inducido por el estrés», dijo a The New York Times.

Sin embargo, con los días, él y otros médicos comenzaron a ver un patrón. “Seis meses después de la infección inicial, los pacientes mejoraron en general, pero continuaron quejándose de estos problemas”, incluida la disfunción eréctil y el recuento bajo de espermatozoides, agregó el experto.

El coronavirus afecta al endotelio, un conjunto complejo y organizado de células que tapiza la luz de todos los vasos sanguíneos. Y como el pene es un órgano donde estos se encuentran más concentrados, puede traducirse en impotencia sexual.

Además, los ‘enfermos covid’ padecen enfermedades pulmonares, y la neumonía vírica altera la oxigenación de la sangre, lo cual puede ser motivo de esta patología.

Al comienzo de la pandemia, Emmanuele Jannini, profesor de endocrinología y sexología médica en la Universidad de Roma Tor Vergata, informó de un fuerte vínculo entre la disfunción eréctil y la covid-19.  

Cuando comparó a hombres contagiados y no, descubrió que el primer grupo tenía casi seis veces más probabilidades de reportar impotencia que los que habían evitado el coronavirus.

“Comunicar que la enfermedad puede afectar su vida sexual es un mensaje tremendamente poderoso”, especialmente para los hombres que aún se resisten a la vacunación, dijo Jannini a The New York Times. “La evidencia es muy fuerte”.

La investigación a partir de escaneos de imágenes y biopsias también indica que el coronavirus puede infectar el tejido dentro del tracto genital masculino, donde puede permanecer mucho tiempo después de la infección inicial. 

Los científicos dicen que es demasiado pronto para estar seguros de que el vínculo con la disfunción eréctil es causal, ya que muchos factores, tanto psicológicos como fisiológicos, juegan un papel en la producción y el mantenimiento de una erección. La pandemia ha llevado al aislamiento social y a un aumento de la ansiedad y la depresión, todo lo cual puede desempeñar un papel.

“Las erecciones de los hombres son más complicadas de lo que la gente piensa”, apuntó Justin Dubin, quien coescribió un artículo sobre el impacto adverso del virus en la salud de los hombres. “Necesita un buen flujo sanguíneo, necesita que los nervios se disparen y buenos niveles hormonales, específicamente testosterona. Pero también estar en un buen estado de ánimo, y excitado. Si alguna de estas cosas sale mal, es posible que tenga problemas para lograr una erección”, añadió. 

Para acabar con la desinformación y el tabú sobre esta patología, que incomoda al 60 % de los hombres cada vez que tienen que comunicárselo a sus médicos, tres doctores españoles han presentado la web soluciones-disfunción-eréctil.es. 

Se trata de François Peinado Ibarra, jefe del Servicio de Urología del Hospital Quirón Ruber;  Eduard Ruiz Castañé, director del Servicio de Andrología de la Fundación Puigvert (Barcelona) y Javier Romero-Otero,jefe de Servicio Urología en HM Hospitales y el 12 de Octubre.

Su objetivo es dar una visión de 360 grados, con especialistas en andrología, cardiología, neurología, endocrinología, atención primaria y enfermería y proponer soluciones, porque las hay. 

Todos ellos han defendido la necesidad de un cambio cultural y de mentalidad sobre esta y otras dolencias relacionadas con el sexo. Han abogado por promover la educación sexual en los colegios, porque es «sorprendente», han dicho, que en pleno siglo XXI siga habiendo desinformación sobre la materia. 

El sexo, han concluido, es para toda la vida y como tal hay que encararlo y pensar también en las residencias de ancianos y en sus espacios para la intimidad, porque su falta es «injusta» y «poco ética».







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