Mayo 2021 Bosque de ARBIO Perú, Río las Piedras, Madre de Dios - Perú

Por Stakeholders

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La multinacional se alió con la ONG Arbio para contribuir a la investigación científica y la protección de este ejemplar en riesgo, conocido como “el gigante del Amazonas”.

El shihuahuaco es un imponente árbol de corteza rojiza de la Amazonía de Perú. A pesar de intentos fallidos del Estado por protegerlo de la presión del comercio de madera, la explotación y destrucción de su hábitat continúan. En septiembre de 2018, una investigación de Ojo Público reveló que solo ese año se identificaron cerca de 4 mil m3 extraídos ilegalmente. Los científicos coinciden en que, si no se toman medidas para su protección, la especie podría extinguirse en una década.

Su conservación, así como la promoción de actividades productivas sostenibles, es una responsabilidad fundamental. Por eso, el Grupo AJE se ha aliado con la ONG Arbio para contribuir a la investigación científica, preservación y protección de esta especie que crece en la cuenca del río Las Piedras, en Madre de Dios, y que es conocida como “el gigante del Amazonas”.

El objetivo conjunto es mantener en pie estos árboles que acumulan gran cantidad de carbono y que son el hogar de especies como el Guacamayo y el Águila Harpía, ejemplares que anidan en sus grandes troncos gracias a la seguridad que les brinda la altura y profundidad que llegan a alcanzar. En algunos casos sobrepasa los 1300 años y alcanza más de 60 metros de altura. Asimismo, el shihuahuaco es fuente de alimento para murciélagos y agutíes, que comen sus frutos y semillas.

“En estas acciones es muy importante que tanto la sociedad civil, como el sector privado se unan, porque es una causa que nos debe preocupar a todos. Es momento de cambiar nuestro chip y mirar las cosas como son”, dijo Tatiana Espinosa, directora ejecutiva de Arbio Perú.

Desde hace seis años, el Grupo AJE viene trabajando mano a mano con sus aliados, en distintos proyectos que ayudan a combatir los efectos del cambio climático, como en la Reserva de Pacaya Samiria, Machu Picchu y las islas Galápagos.

“Este es un nuevo gran reto, pero en la nueva revolución natural tenemos que buscar la inspiración en el bosque y en la sabiduría ancestral de nuestras comunidades para ser agentes de conservación”, apuntó Jesús López, gerente general de AJE en Perú.







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