Por Stakeholders

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Por Miaohong Huang Li
Vicepresidenta de Sostenibilidad Corporativa de la Corporación Educativa San Ignacio

Perú está dando pasos muy claros hacia la sostenibilidad ambiental. En abril del presente año se promulgó la Ley Marco sobre el Cambio Climático, siendo la primera en Sudamérica después de la firma del Acuerdo de París en el 2016.

Luego en los primeros días de diciembre se aprobó la Ley de Plásticos, propuesta que regula el plástico de un solo uso y los recipientes o envases descartables con la finalidad de reducir su uso de manera gradual durante los próximos años.

En el Perú se producen más 45 mil toneladas de bolsas plásticas al año, según el presidente del Comité de Plásticos de la Sociedad Nacional de Industrias (SNI), Jesús Salazar. Sin embargo, se consumen 947 mil toneladas de plástico al año, de las cuales 75 % terminan siendo residuos y sólo se recicla el 0.3 %, según el Ministerio del Ambiente (Minam). Con la Ley de Plásticos se busca reducir en 35 % de utilización de estos materiales el primer año.

Es realmente loable el esfuerzo que está realizando el gobierno por cumplir con los compromisos ambientales adoptados de manera global, los cuales no son solo para beneficio de planeta, sino del propio país, considerando que el 67 % de los desastres naturales en el Perú están relacionados con fenómenos climáticos.

Los cambios se irán dando de manera gradual. Pero hoy en día los plásticos forman parte de nuestra vida diaria. Si miramos a nuestro alrededor, casi todo lo que nos rodea tiene plástico en algún porcentaje y no hay día que no usemos dicho material, el cual resulta ser muy útil por su baja densidad, su ligereza y maleabilidad. Además, es resistente a la corrosión, es muy buen aislante eléctrico y térmico. Su versatilidad y resistencia permite que sea usado en todo tipo de industria. En otras palabras, el plástico nos facilita la vida en muchos sentidos y tiene múltiples beneficios. Sin embargo, su uso indiscriminado y la disposición irresponsable han hecho que contamine los mares y suelos, generando un impacto ambiental que pone en riesgo nuestra salud y la sostenibilidad del planeta.

8 millones de toneladas de plástico acaban en los mares y océanos anualmente (equivalente al peso de 800 Torres Eiffel, para cubrir treinta y cuatro veces la isla de Manhattan); cada segundo más de 200 kilos de basura son tirados a los océanos. Hay cinco islas de basura formadas en los océanos por microplásticos, se estima que hay unos 5-50 billones de fragmentos de plástico. Estas son algunas cifras alarmantes emitidas por Greenpeace en su estudio ¨Plásticos en los océanos: datos, comparativas e impactos¨.

La única forma de solucionar esta problemática es de abordarla de manera colectiva, con la cooperación activa de las empresas por innovar sus procesos, buscando formas más eficientes del uso de los recursos y reducción de los residuos. Con la educación cívica de los ciudadanos desde jóvenes en casa y en las instituciones educativas. Así como de los consumidores por exigir productos y servicios desarrollados con mayor consciencia ambiental.

Los invito a reflexionar sobre las cifras y nuestros hábitos de consumo diario. A seguir las 8 R´s: Reflexionar, Rechazar, Reducir, Reusar, Reciclar, Redistribuir la riqueza, Reclamar por tus derechos y usar las Redes Sociales para cuidar el medio ambiente. Un pequeño cambio en nuestros hábitos hace una gran diferencia. Los reto a empezar con la segregación de sus residuos solo por 1 semana y me cuentan cómo les fue por Linkedin @MiuHuangLi #SoySostenible.







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