Alexandra Ames
Directora Ejecutiva de Poleas Lab
Sin embargo, no todos los reportes están informando adecuadamente en términos de impacto social y se limitan a reportar resultados intermedios que no terminan de traducirse en impactos hacia los usuarios de los proyectos.
Esta situación se da porque al momento de diseñar los proyectos sociales que se van a intervenir, no se ha creado una adecuada cadena de resultados o modelo lógico que asegure que lo que se va a implementar, va a traducirse en cambios positivos para la comunidad.
La ventaja de gestionar los proyectos sociales a través de una cadena de resultados es que nos permite identificar pequeñas conquistas al interior del proceso de un proyecto que nos llevan a influir en el logro de objetivos. Estas pequeñas conquistas se llaman resultados intermedios.
Así, por ejemplo, si lo que busco es mejorar la calidad de la enseñanza de los profesores de escuelas públicas, mi indicador de resultado no puede ser “número de profesores capacitados” (que mide la asistencia a un evento), sino “número de profesores que adquirieron o mejoraron habilidades de enseñanza”.
Lograr que los profesores mejoren sus habilidades de enseñanza, nos va a asegurar el cumplimiento del objetivo inicial que es “mejorar la calidad de la enseñanza”. Aunque suene lógico, a la hora de implementar el proyecto, se puede perder el foco si es que previamente no se tiene clarificado el proceso. De este resultado final “profesores mejoran habilidades de enseñanza”, se puede desprender el impacto, el cual será, sin duda, “mejorar los aprendizajes de los alumnos”.
De esta manera, se reconfiguran los esfuerzos de un proyecto en lo que es crucialmente importante movilizar (mejorar habilidades, no asegurar asistencia). Quedarnos con resultados intermedios como si fueran los finales, estaría movilizando el esfuerzo en función a asegurar el número de personas que asisten a una capacitación cuando en realidad en donde debemos enfocarnos es en asegurar que se adquieran las habilidades que se imparten. Sólo así, se lograrán los impactos deseados y se podrá reportar adecuadamente.
Por ello, es importante asegurar que nuestra inversión social está generando beneficios importantes en las comunidades donde se trabaja. De lo que se trata es de asegurar que cada dólar invertido, traiga un retorno beneficioso para nuestros usuarios.
Contar con un plan de inversión social sin una adecuada estrategia de logro de impactos es simplemente un gasto que no genera retribución. Debemos hilar más fino a la hora de invertir nuestro presupuesto de responsabilidad social y asegurar que estamos aportando de verdad.