Como parte de una investigación llevada a cabo por el INSTITUTO DE CIENCIAS PARA EL MATRIMONIO – FARMILIA (www.farmilia.com) de Mayo a Julio del 2011, se encuestó a 2000 alumnos entre varones y mujeres de los cinco grados de instrucción secundaria, con edades que fluctúan de 10 a 19 años, residentes en 37 de los 49 distritos de Lima y provenientes de colegios estatales y privados. En el estudio se encontró que el 71% de los padres de los estudiantes están casados o son convivientes y el 29% están separados o divorciados. Asimismo, dentro del grupo de encuestados cuyos padres aun están juntos, se halló que el 51% teme que sus padres se separen.
Martha Alvarado, investigadora de Farmilia, refiere que el temor de este grupo de estudiantes por una eventual separación de sus padres, indica que si bien esas parejas aun se mantienen juntas están desenvolviendo relaciones conyugales conflictivas que generan en sus hijos el temor a que dicha relación se rompa, con el consiguiente daño socioemocional que genera.
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“En el estudio también se halló que hay un 15% de niños que están en esa contradicción de temer y no temer que la relación conyugal de sus padres se rompa, esto nos indica que las relaciones de estas parejas se encuentran enfrentando dificultades que no están manejando bien y que está generando en sus hijos inseguridad socioemocional que le lleva a no tener seguridad plena de que la relación de sus padres es fuerte y marcha bien”, señala la especialista.” En concreto, sólo el 35% de estas parejas están llevando adelante relaciones sanas y felices lo cual es percibido claramente por sus hijos”, agrega Alvarado.
En cuanto a los encuestados cuyos padres están separados o divorciados, solo el 22% tiene esperanzas de que sus padres se reconcilien, el 56% cree que la reconciliación de sus padres no se producirá y un 22% no sabe si la mencionada reconciliación se dará o no.
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La encuesta también señala que en el caso de las parejas que viven juntos, son las niñas las que con mayor frecuencia que los varones sienten miedo cuando sus padres discuten. “Son las niñas las que con mucha mayor frecuencia también están desenvolviéndose en una situación de inestabilidad psicológica y emocional frente a las discusiones de sus padres que las lleva a no definir con claridad si siente o no siente miedo. En concreto, las niñas resultan con mayor frecuencia afectadas por las discusiones de sus padres”, indica Alvarado.
El estudio tambien mostró que menos del 50% de hijos quiere imitar el modelo de relacion conyugal de sus padres, 37% no quiere imitarlo y hay un 14% que no tiene claro si quisiera o no quisiera imitar la relacion conyugal de sus padres. Alvarado sostiene que “esto nos conduce a que más del 50% de parejas o no son definitivamente un buen modelo de relacion conyugal por lo que sus hijos lo rechazan o su relacion está con problemas que no estan manejando correctamente, dando un ejemplo que sus hijos no deciden si quieren o no replicar”.
Si tenemos en cuenta el estudio del Banco Mundial “Fortaleciendo las Habilidades y la Empleabilidad en el Perú” que se basó en una encuesta a empleadores de 900 empresas el año 2010, en la que se midió por primera vez como las habilidades cognitivas y socio-emocionales de la fuerza laboral inciden en la empleabilidad, podemos concluir que las habilidades cognitivas y socio emocionales importan tanto o más que la experiencia y legajo académico de las personas para lograr una buena inserción laboral. “Hijos que son criados en ambientes de padres separados o divorcionados tienen un menor desarrollo socio-emocional por lo que además de los otros factores negativos, tendrán, ya de una manera estadísticamente comprobada, menores probabilidades de empleabilidad en el futuro”, asevera Martha Alvarado, especialista de Farmilia.