Por Stakeholders

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Stakeholders Año 1 – Nº8
 
En el último trimestre del año hemos apreciado como nuestro país, sigue acaparando elogios desde el extranjero. Así, no sólo una firma canadiense nos otorgó el grado de inversión, sino que hasta un alto economista del Banco Mundial opinó que el Perú bien puede ser la estrella económica de América Latina en un horizonte de 20 años.

 
Este tipo de aseveraciones sirven para recordarnos, una vez más, que continuamos por la ruta correcta, pero que, sin embargo, todavía tenemos una gigantesca agenda por resolver, la cual, de aplicarse con éxito, permitirá que toda las auspiciosas proyecciones puedan cumplirse en la práctica. En esa línea, dos rankings globales que aparecieron con poco margen de diferencia, nos referimos al Doing Business del Banco Mundial y al Global Competitiveness Report del Forum Económico Mundial, nos han vuelto a poner los pies sobre la tierra y a indicarnos que aún, en la encarnizada competencia global, estamos situados de la mitad de tabla para abajo.
 
Definitivamente, avanzar en este ranking y añorar ser algún día como los EE.UU., que se ubicó como el país más competitivo del mundo, nos recuerda que el trabajo será arduo y dedicado y que sin duda, el gran asunto pendiente que tiene el gobierno actual es el que se circunscribe a las reformas de fondo que aún no han logrado plasmarse. Incluso, una serie de iniciativas que están flotando en el ambiente, ayudarán a que vayamos acortando las enormes brechas en materia de competitividad, no sólo con nuestros pares regionales, sino que también, con los grandes jugadores de la élite mundial, tema que de una u otra manera abordó muy bien la CADE.
 
En este punto, será preciso que el gobierno demarque cuál será el espejo a mirar y un benchmarking con las economías que funcionan bien, en tal o cual aspecto, sería el derrotero a seguir, porque ellos nos llevaría a un viaje sin muchas escalas y con altas probabilidades de resultados auspiciosos que pueden generar un beneficio extendido a todos los estamentos de la sociedad. Así, si empezamos a enumerar, encontramos que la reforma del Estado será un eje crucial y que hacen falta decisiones que nos permitan migrar a una real plataforma de e-government, basada en experiencias como la de Singapur.
 
Otro punto crucial, será el de la rebaja de la tasa de impuesto a la renta para la reinversión de utilidades, medida que espera su aplicación desde hace más de una década, porque ya es bastante conocida nuestra desventaja competitiva con relación a países como Chile. También, ante la pronta culminación del TLC con EEUU y el desarrollo en paralelo que se tiene de los demás acuerdos, el gobierno debe apuntalar más su estrategia comercial y apostar por otros mega mercados, como la Unión Europea – que se empezará a negociar el próximo año -, la China y la India.
 
En pocas palabras, como no antes se había visto, la oportunidad aparece más clara ante nuestros ojos, dependerá de la pericia y visión del actual gobierno para actuar en línea con lo requerido, para comenzar a romper el síndrome del perro del hortelano que muy bien graficó el Presidente García.






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