
En el CADE Ejecutivos 2020, diversos especialistas desarrollaron un claro enfoque de lo que se requiere para una reforma institucional al servicio del país en la sesión “Construyendo institucionalidad para el desarrollo”.
Por Renzo Rojas
rrojas@stakeholders.com.pe
El CADE Ejecutivos 2020 incluyó la sesión “Construyendo institucionalidad para el desarrollo”, en la que participaron como ponentes María Alejandra Campos, politóloga, y Alfredo Bullard, socio senior de Bullard Falla Ezcurra +. Alexandra Ames, jefa del Observatorio de Políticas Públicas de la Universidad del Pacífico, fue la moderadora.
Las exposiciones de ambos especialistas desarrollaron un claro enfoque de lo que se requiere para una reforma institucional al servicio del país. Por un lado, yace el aspecto político que recae en el sistema partidario, aspirantes a ocupar cargos en las instituciones públicas. Por otro, la carrera pública dentro de las instituciones, las cuales deben contar con las personas idóneas. En su intervención, María Alejandra Campos hizo una reflexión sobre los partidos políticos. Señaló que en la actualidad no contamos con un robusto sistema partidario, porque a su juicio lo que encontramos son ‘escombros’, agrupaciones al “borde de la extinción” y que no gozan de credibilidad ante la ciudadanía. Asimismo, señaló que para cambiar este contexto se requiere de profundos cambios, que desde el interior de un partido pueden verse obstaculizados.
“Mientras los seres que habitan en los ‘escombros’ de los partidos políticos sean los que tienen que decidir lo que los partidos cambien, el cambio es inviable. Ellos no tienen ninguna motivación para llevarla a cabo. De hecho están cómodos viviendo bajo la humedad y la oscuridad de los ‘escombros’”, sostuvo.
Una opción para ella, si es que no se puede realizar una reforma desde adentro, es hacerlo con una perspectiva exterior. Es decir, pensando cómo transformar los partidos para que sean atractivos a las personas, quienes se vean motivadas a participar en la política y sean parte del cambio. Respecto al financiamiento de los partidos, enfatizó en la transparencia de este proceso y las dificultades en la manera cómo se aplica en el Perú.
“En la mayoría de los casos, sobre todo en los países desarrollados, se permite financiamiento privado de empresas, transparentado mediante listas públicas. También hay un porcentaje de financiamiento público y es lo más común. Este es el sistema que teníamos hace poco. El detalle con este, en el Perú, es que depende de la votación que tienen los partidos y, por ende, los partidos nuevos están en francas desventajas con los que han sido gobiernos recientemente”, explicó.
La trascendencia de las elecciones
Por su parte, Alfredo Bullard se refirió a la trascendencia de las elecciones en medio de un panorama poco alentador para las instituciones públicas. Hizo una comparativa entre que al igual que un piloto que necesita contar con un vehículo en buenas condiciones, el próximo presidente del país necesita contar con instituciones óptimas para su labor. Para él, es importante tener un buen piloto, pero sin un buen automóvil poco vale. Entonces, hay que lograr primero tener un buen equipo que arregle la institucionalidad.
“Tenemos una infraestructura institucional muy deteriorada. La preocupación principal, en la que nos deberíamos focalizar, no es en quién será el nuevo presidente, sino en el equipo de personas que dirigirán la infraestructura institucional”, indicó.
Sobre este punto, explicó que una clave para tener buenas instituciones públicas es tener a los mejores líderes del sector en la dirección. Sin embargo, hay un problema y es que los incentivos no son los adecuados. Por ejemplo, a nivel renumerativo lo que recibe un alto funcionario del sector público está muy por debajo con su par en el sector privado.
“El resultado de esta inequidad afecta la capacidad institucional y la capacidad de enfrentar y manejar las instituciones públicas que el Perú merece”, mencionó.
Agregó que “si nos comparamos con Chile, vemos que entidades similares también tienen remuneraciones diferentes y esta funciona con un incentivo muy claro para poder ingresar a la carrera pública. En el Perú no hay carrera pública. Esta es absolutamente improvisada, impredecible y poco atractiva”. En esa línea, subrayó tres puntos a mejorar para implementar una atractiva carrera pública en el país. El primero son los salarios, que tienen que equipararse a los del sector privado. Segundo es el reclutamiento, que cuente con un estricto proceso de selección. Y tercero son los incentivos, aplicados a nivel colectivo para así promover la eficiencia.
Acerca de la Autoridad Nacional del Servicio Civil (SERVIR), la cual tiene por objetivo fortalecer a los trabajadores públicos, manifestó que en su consideración se tiene que enfocar más en los líderes y altos mandos, para así dirigir a las instituciones hacia el cambio.
“Es un esfuerzo interesante. Sin embargo, se ha focalizado y concentrado en la generación de mandos medios y no en la de los líderes que necesitamos para empujar las reformas institucionales. En suma, todo estos antecedentes hacen que un profesional calificado no asuma una carrera pública en las instituciones del Estado”, acotó.
Inspirar a las siguientes generaciones
Finalmente, como punto de cierre en este bloque de CADE Ejecutivos, el Presidente Francisco Sagasti brindó un discurso a los participantes vía videoconferencia. Valoró el desarrollo del evento que con el transcurrir de los años se ha convertido en un espacio valioso de reflexión para los retos del país, más aún ahora fundamental por las actuales circunstancias.
“Recuerdo también las épocas en que este evento era el único punto de encuentro entre el gobierno militar de los años setenta y los empresarios y ejecutivos del sector privado; si algo hemos aprendido desde entonces es que el diálogo abierto, continuo y productivo es la única manera de concertar y coordinar acciones para avanzar hacia el bien común”, señaló.
A la pandemia, el mandatario añadió otro tema al que debemos prestar atención: el cambio climático. El intento de ‘dominar’ la naturaleza le ha ‘jugado’ en contra al ser humano, llevando al límite la explotación de recursos y perjudicando así al ecosistema planetario.
“Hemos visto también que los productos del ingenio humano, de la creatividad científica, son un arma de ‘doble filo’, que pueden ser usados para el bien y para el mal, y que su impacto depende de los valores y principios que guíen su generación y utilización, sobre todo en un mundo globalizado”, reflexionó.
Su discurso lo culminó llamando a los líderes a ser un ejemplo para las generaciones posteriores, objetivo al que aspira su gobierno de transición. “Nuestro futuro, no, más bien el futuro de ustedes, de sus hijos, de sus nietos está en las manos de ustedes mismos, las nuevas generaciones de líderes empresariales, y de muchísimos líderes en otros campos de la vida nacional”, concluyó.