
En los últimos tiempos hemos observado que desde el sector educación se cuenta con una visión de largo plazo para superar los desafíos que enfrenta la educación en nuestro país, algo que era necesario. Darle continuidad a los procesos de reformas educativas iniciados es un punto a favor.
La tarea no es fácil y hay muchos frentes abiertos en los que se debe trabajar arduamente. La educación es uno de ellos, más aun teniendo en cuenta que en el país se invierte sólo US$1,100 anuales por estudiante y que los resultados en las mediciones locales e internacionales son más bien magros.
Estamos convencidos de que debemos mejorar la calidad de la educación, tarea en la que todos debemos contribuir desde el lugar que nos toque, ya sea desde el sector público o privado, desde las escuelas o desde los hogares.
Construir un Perú mejor pasa por proponernos formar a nuestros niños y jóvenes desde la perspectiva de que estamos inmersos en un mundo cada vez más integrado y más competitivo, que nos obliga a romper con grandes, malos hábitos y nos motiva a prepararnos cada vez mejor para hacer frente a las nuevas exigencias.
ESTAMOS CONVENCIDOS DE QUE EL CAMINO DEFINIDO ES EL CORRECTO
Apuntalar en primera línea a dos actores importantes en la escuela, como lo son los directivos y los docentes, brindándoles posibilidades de formación y asegurándose de que tengan las herramientas para potenciar los aprendizajes de nuestros estudiantes, haciendo además que la Ley de Reforma Magisterial sea más atractiva y competitiva.
Reforzando también las estrategias de mejoras de aprendizaje en los estudiantes, tomando en cuenta que en esta época de grandes avances tecnológicos y globalización se debe impulsar mucho más el uso de las TIC en la comunidad educativa y dotar a las escuelas, sobre todo las que se encuentran en zonas rurales, de infraestructura y materiales apropiados.
Esto implica que se les provea de todos los servicios básicos e internet. Pero no se trata sólo de dar conocimientos, va más allá. Si bien la educación tiene que ver con enseñar a cómo hacer las cosas, también tiene de inculcar y reforzar la moral y la ética. Ése es un desafío no sólo de las escuelas, sino también de los hogares. Aunque vivamos tiempos de cambios, de inmediatez, de necesidad de avanzar y de reconocimiento, los valores tienen que y deben de mantenerse vigentes.
Se debe entender además que modernizar la educación en el Perú no sólo pasa por construir más colegios, mejorar la infraestructura de los ya existentes o dotarlos del equipamiento necesario para que los estudiantes enfrenten los retos propios de estas épocas de constantes cambios.
El trabajo va más allá y así lo asumieron los últimos gobernantes, que mantuvieron vigente el Proyecto Educativo Nacional al 2021 como guía para el diseño de políticas que se adecúen a la realidad del país, lo que ha ayudado a tener una visión de largo plazo sobre la educación en el Perú. Pero no debemos bajar la guardia.
Estamos en marcha y en el camino correcto. Mantengamos el ritmo para que los cambios propuestos tengan el impacto necesario. Desde el sector empresarial ratificamos nuestro compromiso para contribuir con la mejora de la calidad de la educación en nuestro país.
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