
Al menos el 45% de los trabajadores despedidos en la industria tecnológica son mujeres. Esto revela el gran problema de la brecha de género que aún existe en el área. Las mujeres representan menos de un tercio de los trabajadores en la industria tecnológica y ocupan menos del 25% de los cargos técnicos y de liderazgo, de acuerdo con un estudio de Deloitte de 2022.
Además, otro estudio realizado por Paychex revela que casi tres cuartas partes de las mujeres trabajadoras en tecnología temen ser despedidas.
La práctica de despedir a las personas más recientes en la empresa, también conocida como «last in, first out», perjudica a aquellos que han experimentado barreras de entrada, muchas veces debido a sesgos y discriminaciones, como es el caso de las mujeres. Esto sucede justo en un momento en que las organizaciones deben invertir en políticas que aseguren la durabilidad y el crecimiento de las mujeres en sus centros laborales.
“Es vital que las empresas de la industria tecnológica mantengan su compromiso con la inclusión de las mujeres y otros grupos históricamente marginados en sus equipos de trabajo, para no retroceder en los avances logrados hasta ahora”, señaló María Gracia Espinoza, gerente de Alianzas Regionales de Laboratoria.
Cabe resaltar que la falta de diversidad en la industria tecnológica no solo afecta a las mujeres y personas marginadas, sino que también tiene implicaciones considerables para todos los usuarios. Muchos estudios confirman que las empresas de creación de tecnología que no tienen una fuerza laboral diversa sólo lograrán exacerbar las desigualdades ya existentes en la sociedad mediante productos y servicios sesgados.
Por el contrario, equipos compuestos por personas de distintos géneros, nacionalidades, etnias y contextos sociales, podrán crear soluciones tecnológicas que respondan a las necesidades de todas las personas. Esto es especialmente relevante hoy con la irrupción de la Inteligencia Artificial, donde la participación de mujeres y diversidades es clave para tener herramientas inclusivas.
«Las empresas deben abarcar nociones de diversidad e inclusión en sus estrategias de evaluación y despidos, y establecer mecanismos para conservar las proporciones de empleados que tenían antes de este contexto en particular, además, deberían aumentar la cifra de mujeres en sus equipos», concluye María Gracia Espinoza.