Por Stakeholders

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A tan solo 28 años de que en La Asamblea General de las Naciones Unidas celebrada en Brasil, se decretara la celebración del Día Mundial del Agua, con la finalidad de recordar la importancia de su conservación, el desarrollo y el buen uso del vital líquido que interviene directamente en la seguridad alimentaria y energética, a la salud y al medio ambiente, aún es un tema clave y vigente que necesita ser tratado con carácter de urgencia en algunas latitudes del planeta.

Cada 22 de marzo es una oportunidad ineludible para llamar la atención de ciudadanos, empresas, gobiernos e instituciones mundiales sobre la amenaza que representa el desperdicio y contaminación del agua en medio de un contexto de cambio climático y calentamiento global sin precedentes.

En el Perú la máxima jurisdicción en temas del agua es La Autoridad Nacional del Agua quien se rige por la premisa de «Ejercer la rectoría técnica – normativa y establecer procedimientos para la gestión integrada, sostenible y multisectorial de los recursos hídricos en beneficio de los usuarios de agua y población en general, de manera oportuna y eficaz».

Perú y el agua

 

El Perú se ubica en 8° puesto en el ranking mundial de países con mayor cantidad de agua, con 1.89 % de la disponibilidad de agua dulce del mundo. Esto más allá de ser un gran privilegio es una gran responsabilidad tanto para el gobierno de turno como para cada uno de los peruanos. La Organización Mundial de la Salud (OMS) constantemente investiga, concluye, recomienda e informa sobre el uso y abuso del consumo del agua. Por ejemplo, se estima que más de dos tercios del agua consumida en el hogar se utilizan en el baño, es decir, una ducha debería durar solo seis minutos y llevarse poco más de 100 litros de agua. La realidad es que nos pasamos de media unos 10 minutos bajo el chorro y consumimos unos 200 litros de agua.

  • Otros datos informan que el 90% de los recursos disponibles de agua dulce del planeta se encuentran en la Antártida.
  • El 78% de los puestos de trabajo a nivel mundial dependen en mayor o menor medida del agua; el 42% (1.400 millones de puestos de trabajo) lo hace de forma intensa: agricultura y la industria, la silvicultura (gestión de bosques y montes), la pesca y la acuicultura (crianza de especies acuáticas vegetales y animales), la minería y la extracción de recursos.
  • Los animales de agua dulce se están extinguiendo cinco veces más rápido que los animales terrestres
  • Cada año mueren 3.5 millones de personas debido a enfermedades relacionadas con la calidad del agua. El 98% de esas muertes se producen en los países en vías de desarrollo.

La UNESCO en un documento recoge parte del cumplimiento de los objetivos de la agenda 2030 y en particular destacamos el objetivo 6 “Garantizar la disponibilidad y la gestión sostenible del agua y el saneamiento para todos”. Seguidamente se despliegan otros puntos que confieren un carácter universal al acceso al agua, saneamiento e higiene con una definición mucho más amplia que la contemplada en los ODM (acceso mejorado), incorporando conceptos de equidad, disponibilidad, asequibilidad y seguridad, en línea con los derechos humanos al agua potable y al saneamiento.







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