El gobierno de Costa Rica anunció el cierre de los dos zoológicos estatales que quedaban en el país, más de una década después de aprobarse una ley que prohibía mantener animales salvajes en cautiverio ordenada por el gobierno pero que había enfrentado oposición judicial. Los zoológicos estatales de Costa Rica debían cerrar en 2014, pero la ley fue objeto de recursos legales por parte de FundaZoo, lo que alargó el cierre de los zoológicos públicos, de acuerdo con la Fundación FAADA, una organización sin fines de lucro dedicada a la vida silvestre.
El Ministerio de Ambiente y Energía de Costa Rica anunció el sábado en un comunicado que no renovaría el contrato con Fundazoo, la fundación que gestionaba los zoológicos. Con esta decisión se cerrarán los dos últimos zoológicos públicos del país: el zoológico Simón Bolívar y el Centro de Conservación Santa Ana.
La semana pasada, las autoridades estatales empezaron a trasladar a 287 animales de las dos instalaciones a un centro de rescate, donde se evaluará su estado de salud para determinar qué entorno les conviene más. Algunos llevan en cautiverio más de 30 años, de acuerdo con el ministerio.
Franz Tattenbach, ministro de Medio Ambiente y Energía, declaró el sábado que Costa Rica se encaminaría hacia la gestión de santuarios para los animales que no puedan regresar a vivir libres en la naturaleza.
“El cautiverio solo se justifica cuando los animales no puedan volver al bosque ya sea por problemas físicos o por problemas de comportamiento que les dificulte vivir en libertad”, señaló Tattenbach en un video en Facebook. “Este cierre consolida la visión de Costa Rica de protección de la vida silvestre”.
Los zoológicos estatales de Costa Rica debían cerrar en 2014, pero la ley fue objeto de recursos legales por parte de FundaZoo, lo que retrasó el cierre de los zoológicos públicos, según la Fundación FAADA, una organización sin fines de lucro dedicada a la vida silvestre.
José Pablo Vásquez, biólogo de un grupo gubernamental que supervisa los esfuerzos de conservación, señaló en un comunicado el sábado que se había hecho un censo de los animales retirados de los dos zoológicos y que vienen siendo evaluados por equipos de biólogos y veterinarios.
Tattenbach dijo que los animales se pondrían en cuarentena antes de que los equipos determinaran si podían reintroducirse en la naturaleza o si sería mejor cuidarlos en un santuario. Según el ministerio, algunos animales todavía no habían sido retirados de los zoológicos el martes, entre ellos un caimán y algunas tortugas.
Darryl Heard, profesor asociado de Medicina zoológica en la Universidad de Florida, señaló que, en algunos casos, podrían pasar años antes de que los animales estuvieran listos para volver a la naturaleza, y que algunos podrían ser completamente incapaces de lograrlo.
“Si han estado alejados de la naturaleza o han nacido en cautiverio, no han podido desarrollar necesariamente las habilidades necesarias para alimentarse, protegerse de los depredadores, entre otras cosas”, explicó Heard.
Alonso Aguirre, decano de la Facultad Warner de Recursos Naturales de la Universidad Estatal de Colorado, señaló que algunos animales pueden tener dificultades para volver a su hábitat natural, e hizo alusión al ejemplo de Keiko, la ballena que aparece en la película Liberen a Willy, que murió tras ser liberada.
Aunque algunos defensores de la fauna salvaje en Norteamérica han pedido el cierre de los zoológicos, Heard afirmó que se trata de una “cuestión muy compleja” que debe centrarse en la conservación de los animales.