El transporte, esencial para conectar a las personas y fomentar el desarrollo económico, también enfrenta el desafío de minimizar su impacto ambiental. En Perú, según datos del Ministerio del Ambiente, este sector contribuye con el 40% de las emisiones de CO₂, en gran medida debido al uso de combustibles fósiles. Este panorama presenta una valiosa oportunidad para adoptar alternativas sostenibles que no solo reduzcan las emisiones, sino que también mejoren la calidad del aire, especialmente en las áreas urbanas.
Mientras en el ámbito global el transporte aéreo constituye cerca del 2 al 3 % de las emisiones de carbono, esta cifra, aunque denote una menor proporción, refleja un gran desafío, ya que se encuentra en constante crecimiento. La transición hacia alternativas eco amigables, como el uso de combustibles sostenibles para la aviación (SAF, por sus siglas en inglés), es una de las soluciones más prometedoras para reducir estas emisiones y lograr un impacto positivo en el medio ambiente.
El SAF, elaborado a partir de desechos orgánicos y fuentes renovables, tiene el potencial de reducir las emisiones de CO₂ hasta en un 75%, posicionándose como una herramienta clave para descarbonizar la industria aérea. Pese a ello, su adopción enfrenta desafíos como la limitada producción global y los altos costos.
En el caso del Perú, se tiene el potencial de liderar la región en la producción de esta alternativa, aprovechando su tradición agrícola y la disponibilidad de subproductos locales. Según la gerente comercial de Air France y KLM para Perú, Claudia Ruaro, “Perú puede jugar un rol clave en esta transición, lo que beneficiaría no solo al ecosistema, sino también al desarrollo económico y social de las regiones del país”.
Las innovaciones tecnológicas y los esfuerzos sostenibles están transformando la industria. El desarrollo de flotas de última generación, como el Airbus A350, que consume un 25% menos de combustible y reduce las emisiones acústicas en un 40%, es un ejemplo concreto de cómo se puede minimizar el impacto sin comprometer la conectividad global. “La sostenibilidad en la aviación es un desafío colectivo que no puede esperar. Es importante el trabajo en conjunto para reducir la huella de carbono mediante flotas más modernas, técnicas de eco-pilotaje y la integración de combustibles sostenibles”, agregó Ruaro.
Air France-KLM, como uno de los mayores usuarios globales de SAF, continúa liderando la transición hacia una aviación más sostenible. Con la meta de integrar un 10% de SAF en todas sus operaciones para 2030, el grupo trabaja activamente para que esta alternativa se convierta en un estándar del sector, al mismo tiempo que contribuye a conectar a Perú con más de 180 destinos en el mundo.