El Gobierno de Japón presentó un plan para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 60 % para el 2035, en comparación con los niveles de 2013. Este proyecto representa un paso clave dentro de su hoja de ruta hacia la neutralidad de carbono en 2050 y responde a las metas globales establecidas en el Acuerdo de París, que buscan limitar el aumento de la temperatura global a 1,5 °C por encima de los niveles preindustriales.
La meta, anunciada en una reunión conjunta del Consejo Central de Medio Ambiente y el Consejo de Estructura Industrial de los ministerios de Medio Ambiente y Economía, Comercio e Industria, supera la actual reducción proyectada del 46 % para el 2030. Según las autoridades, este objetivo es parte de una estrategia progresiva que contempla una reducción del 73 % para el 2040 y la eliminación total de emisiones para 2050.
Durante el encuentro, algunos expertos subrayaron la urgencia de abordar el cambio climático con medidas más ambiciosas, mientras que otros señalaron la importancia de garantizar que estas metas sean realistas y aplicables sin interrupciones. El Gobierno japonés tomará en cuenta estas opiniones, así como las de un comité interministerial, antes de oficializar el objetivo final, que deberá ser presentado a la ONU a más tardar en febrero de 2025.
Japón enfrenta una creciente presión internacional para intensificar sus esfuerzos climáticos. En la reciente COP29, celebrada en Azerbaiyán, el Reino Unido anunció su meta de reducir las emisiones en un 81 % para el 2035, tomando como referencia los niveles de 1990. Japón, por su parte, busca equilibrar sus compromisos ambientales con las demandas de su estructura industrial y energética, altamente dependiente de combustibles fósiles.
Un desafío con implicaciones globales
La nueva meta de Japón no solo tiene implicaciones locales, sino también globales, ya que se trata de la tercera economía más grande del mundo y un actor clave en los acuerdos climáticos internacionales. Este anuncio refuerza su papel en la lucha contra el cambio climático y establece un ejemplo para otros países que aún enfrentan desafíos en la implementación de estrategias efectivas para reducir sus emisiones.