Por Stakeholders

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Por Renzo Rojas
rrojas@stakeholders.com.pe

Las consecuencias por no saber administrar un recurso tan vital como el agua pueden ser catastróficas. Si ya de por sí en el mundo se estima que, según la OMS y UNICEF, 2. 200 millones de personas no cuentan con servicios de agua potable de manera adecuada, coyunturas como la pandemia por el COVID-19 acentúan más la crisis en las poblaciones afectadas. En ese marco, debatir y converger ideas resulta importante para que las organizaciones correspondientes hagan sus planteamientos frente a la escasez de este vital recurso.

Para discernir sobre el papel de las alianzas y articulaciones entre el sector privado, público y la sociedad civil, se realizó el webinar Acceso equitativo al agua y saneamiento en América Latina: soluciones multisectoriales ante emergencias globales”, organizado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), The Nature Conservancy (TNC) y PepsiCo Latinoamérica. Los aportes de los expositores giraron en torno a la necesidad de reforzar el trabajo en conjunto, en la apuesta por la innovación, el rol de la mujer frente a la crisis hídrica y otros aspectos de importancia.

Para Mónica Bauer, vicepresidenta de Asuntos Corporativos y Sostenibilidad de PepsiCo Latinoamérica, es indispensable garantizar el acceso a agua potable y saneamiento a las familias para poder combatir la enfermedad del nuevo coronavirus. De esta manera, también se podrá respetar las medidas dictadas por algunos al Gobiernos en Latinoamérica.

“Con la pandemia esta situación se acentúa. Hoy nosotros estamos hablando de las medidas mínimas para poder enfrentar el virus y prevenirlo, que son aquellas de higiene entre las que se encuentran el lavado de manos. Sin embargo, tenemos millones de personas en la región que no tienen acceso a agua potable”, sostuvo.

La solución al problema está al alcance de todos. Desde la responsabilidad como ciudadanos para ser coherentes en el consumo del agua, hasta la de las autoridades en el dictamen de políticas públicas. Es así que existen ONG como la TNC para  canalizar las inversiones y restaurar las cuencas hídricas, por ejemplo. Santiago Gowland, vicepresidente ejecutivo de Innovación Global y director general para América Latina de esta organización, reflexionó sobre cómo maximizar el aprovechamiento de los recursos que estén a nuestro alcance para satisfacer en el futuro una mayor demanda de agua.

“Las tecnologías  de innovación están al alcance, lo que se necesita es esa capacidad de liderazgo para colaborar y poder canalizar las inversiones necesarias para mejorar la situación. En los próximos 20 años, el crecimiento poblacional y económico, la urbanización, entre otros factores, hará que la demanda por agua sea un 50% mayor, 40% mayor en energía y 7% mayor en alimentos, según la Unesco”, enfatizó.

Por su parte, Sergio Campos, jefe de la División de Agua y Saneamiento del BID, habló acerca de la presencia de la  innovación en todos los proyectos que llevan a cabo las instituciones. “Quienes no tienen agua y saneamiento en el mundo, hoy no necesariamente son las personas de las ciudades, que se encuentran dentro o en el área periurbano. La gente que está en el ámbito rural o más aún en el rural disperso, también no tienen este acceso. Es ahí donde a ellos tenemos que llegar con soluciones no convencionales e innovadoras, porque de lo contrario son costosas,”, manifestó.

Cosechando agua para un mejor futuro

El sector privado es clave para la realización de inversiones en proyectos que beneficien la conservación del medioambiente. Ejemplos hay muchos, como las iniciativas de PepsiCo, Nestlé y otras empresas en la región, donde Perú tampoco se queda atrás.

En el evento virtual “Siembra Agua” se presentó el proyecto “Recuperación de Amunas” llevado a cabo por Aquafondo, Backus, la Cooperación Alemana- GIZ y la Comunidad de San Pedro de Casta, el cual busca cosechar agua a través de amunas recuperadas para el beneficio de los habitantes.

Fabiola Muñoz, ministra del Ambiente, abrió este evento y trajo a la conversación el impacto que tienen las actividades humanas en el medioambiente, visibilizado en la actual pandemia por su notable disminución negativa tras el confinamiento.

“Claramente esta pandemia nos ha  dado la oportunidad de tener una seria reflexión de lo que significa realmente el impacto que los seres humanos  generamos en la naturaleza. Hemos parado un tiempo y evidentemente se ha generado un respiro en la naturaleza. Hemos visto como ha mejorado la calidad del aire y del agua  para todos y todas. Las aves migratorias por la ciudad, en las playas, los delfines, etc., pero esa naturaleza siempre ha estado ahí”, señaló.

También participó en la conferencia Manuel Pulgar Vidal, ex ministro del Ambiente, quien destacó la importancia de cosechar agua en la gestión de riesgos, punto importante cuando se trata de abordar los efectos del cambio climático. Agregó que la cosecha de agua permite enfrentar las amenazas provenientes de la contaminación, especialmente en espacios que presentan una gran diversidad de ecosistemas como en el Perú.

“Hay un conjunto de elementos que se integran cuando hablamos de cosecha de agua. Se trata de almacenamiento local y descarga oportuna. A su vez tiene un clarísimo enfoque territorial, fundamentalmente en el concepto de subcuenca. (…) También integra el concepto de comunidad y gobernanza, la generación de estructuras sociales que permiten de manera organizada que este servicio se siga prestando”, indicó.

Sobre el proyecto “Recuperación de Amunas”, éste hará posible que un total de 4.1 kilómetros de estos canales, ubicados en distintas coordenadas, estén a disposición de la comunidad. Asimismo, la gestión del trabajo va de la mano con la intervención de los comuneros, ya que fueron ellos quienes identificaron las amunas en las que se van a laborar. Mariella Sánchez, directiva ejecutiva de Aquafondo, detalló algunos aspectos al respecto.

“Nuestra intervención es de total inclusión y participación con la comunidad. Recorremos con ellos las zonas e incluso tomamos los nombres con las que conocen a las amunas en nuestro expediente técnico. Podemos decir que el principal beneficio de este proyecto es la generación de una ganancia hídrica que va ir por encima de los 770 mil metros cúbicos por año”, explicó.

Crecimiento económico afectado

El sistema productivo también se ve afectado frente a una crisis de agua. Especialmente en Lima, los riesgos son altos por la ubicación de la ciudad en el Cinturón de Fuego del Pacífico, zona altamente sísmica y que provocaría la paralización o colapso de los sistemas de abastecimiento de agua en caso de un sismo de gran magnitud.

El foro virtual “Crisis de agua, una amenaza silenciosa para el desarrollo económico” contó con la participación de autoridades de la Autoridad Nacional del Agua (ANA), Grupo de Análisis para el Desarrollo (GRADE), Aquafondo, entre otras, que presentaron un estudio que analiza este tema.

Una de las conclusiones de la investigación señala que 35 mil empleos se perderían ante una seria crisis hídrica, siendo los sectores de agua potable (-21%), bebidas (-4.4%), servicios sociales (-4.3%), siderurgia (-3.9%) y textiles (-3.85 %) los más afectados. Eduardo Zegarra, investigador del GRADE, estuvo a cargo de la investigación que tuvo como objetivos caracterizar el nivel de riesgo hídrico y cuantificar los potenciales impactos económicos ante una crisis de gran magnitud.

“Presenta (la investigación) una imagen de cómo dependemos de manera fundamental del agua. El sector productivo no es ajeno a esta dependencia e implica  a ver cómo mitigar este riesgo para gestionarlo mejor y estar mejor preparados”, sostuvo.

Otro de los puntos que se expuso en la conferencia fue el papel de los proyectos que tienen por finalidad prepararse ante estos escenarios. Francisco Dumler, presidente de SEDAPAL, habló sobre el desempeño que tienen algunas iniciativas de la institución, las cuales son desarrolladas en colaboración con otras organizaciones y que se reflejan en el tratamiento de amunas, andenerías, cochas y otras.

“Cerca del 1%  de la facturación de los recibos va a una especie de fideicomiso, en donde ese fondo permite que se puedan gestionar proyectos de servicios ecosistémicos. Es decir, los que vivimos frente al Pacifico, en la cuenca baja, somos capaces de retribuir a la cuencas medias y altas para que ellos puedan realizar lo que nosotros conocemos como cosecha de agua”, señaló. Asimismo, añadió que dicho fondo ya ha superado los 100 millones de soles para ser invertidos.

En esa línea, Ivan Lucich, presidente ejecutivo de SUNASS, saludó el trabajo que se da en conjunto entre las instituciones públicas, sector privado y organizaciones. No obstante, reflexionó acerca del cómo se está llevando el proceso de implementación de estos programas.

“¿Cómo gestionar los riesgos? Es cierto que hay muchos planes de parte de SEDAPAL. Sin embargo, tenemos que trabajar  en la sistematización de toda la información involucrando a todas las áreas de la empresa, haciendo un detalle de todas las acciones que se están indicando en estos planes. La idea es que se pueda operativizar en procedimientos concretos, para saber qué hace quién y a qué modo”, expresó.

La crisis hídrica da lugar a más temas de debate, ya que son muchos los actores involucrados y aspectos a tratar. En el Perú, la pandemia se ha agudizado en algunos sectores por la falta de servicios de agua potable y saneamiento, básicos para prevenir la enfermedad por el COVID – 19. Sin agua potable no es posible hablar de salud, y al menos en el país son casi 3 millones de personas (según la Encuesta Nacional de Hogares 2018) que no cuentan con este servicio básico.

Gowland de The Nature Conservancy habló de un círculo virtuoso de la naturaleza, donde el agua tiene un rol fundamental.







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