Gabriela Velarde Medina
Coordinadora de proyectos y comunicaciones de
Asociación Recíclame
Si bien la gestión directa de residuos domiciliarios es un tema de prioridad nacional; su dinámica, eficiencia y sostenibilidad en ejecución dependen directamente de los gobiernos locales. Así lo menciona la normativa nacional.
La razón es que las municipalidades distritales son el nivel de gobierno más cercano a la población, casi siempre con un territorio de un tamaño que les permite conocer la realidad de su zona e identificar sus limitantes para disponer correctamente los residuos no aprovechables y valorizar los residuos reaprovechables. Es así que, el Ministerio del Ambiente ha centrado gran parte de sus esfuerzos en fortalecer las capacidades de los gobiernos locales en materia de gestión de residuos, a través de asesoramiento técnico e incentivos para la implementación de programas de segregación en la fuente (desde el año 2011 se han asignado más de S/. 186 millones en incentivos), lo que aplaudimos.
Actualmente, con una legislación que está a favor de la economía circular y por lo tanto, empezando a crear cultura de reciclaje, los municipios de Lima vienen avanzando. Un gran número ya cuenta con programas de segregación en la fuente. Cada uno ha implementado un sistema lo más adaptable a su realidad. Sin embargo, existen falencias, un distrito puede contar con los recursos logísticos pero carecer de un buen nivel de participación ciudadana, mientras otro puede tener un alto nivel de sensibilización, pero una infraestructura deficiente.
Es por ello que es importante el intercambio de experiencias y hasta evaluar si hace sentido realizar actividades en conjunto que beneficien a más de un municipio, como por ejemplo, compartir puntos de acopio entre municipalidades. Para lograr esta visión, aún es necesario el apoyo técnico, el fortalecimiento de capacidades e intercambio de experiencias que muestren el camino correcto para la implementación de un sistema de reciclaje auto sostenible en el tiempo.
Es por ello que, para implementar y desarrollar un sistema de reciclaje óptimo, es necesario asegurar cada etapa del proceso, así como organizar y comprometer a todos los actores de la cadena. Cada uno tiene que cumplir con su rol para que el sistema funcione. Los gobiernos locales son los encargados de trabajar las acciones y estrategias planteadas por el gobierno central, buscando que sean asimiladas y aplicadas de la mejor manera a cada realidad.
Gracias a su alcance con la población y al apoyo que reciben de los niveles superiores de gobierno, las municipalidades son quiénes tienen las mejores condiciones para desarrollar un sistema de reciclaje de residuos domiciliarios, al cual se puedan adherir otros flujos asimilables provenientes de iniciativas privadas.
Con la organización y planificación adecuada de la infraestructura y tecnologías a aplicar en el sistema, los óptimos niveles de participación ciudadana alcanzados mediante la educación ambiental y la cooperación interinstitucional, las municipalidades pueden fortalecerán su rol como un actor importante del reciclaje. Este el gran reto que tienen los gobiernos locales para los próximos años: lograr un sistema de reciclaje articulado, que con los años se logre valorizar cada vez más residuos, inorgánicos y orgánicos, a fin de mejorar nuestro ambiente, preservar la salud de la población y la vida útil de los rellenos sanitarios con los que contamos en el país.