Por Stakeholders
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Pedirle a una persona que sea sostenible sin antes hacer un viaje de autoanálisis es una tarea complicada. Esto es especialmente relevante en el contexto del consumo, donde nuestras elecciones están influenciadas por una serie de factores, incluyendo nuestros propios intereses y gustos, así como presiones sociales y culturales.
La experta en comunicación de moda, Patricia Eguidazu, destacó la importancia de entender cómo nuestra autoestima influye en nuestras decisiones de compra. Según ella, adoptar un comportamiento más sostenible implica un cambio profundo en nuestra percepción de nosotros mismos y en cómo valoramos nuestras necesidades frente a nuestros deseos.
«Muchas veces escuchamos consejos sobre la importancia de la sostenibilidad para el futuro del planeta, pero ¿realmente internalizamos esas recomendaciones?», cuestionó Eguidazu. «La clave está en comprender el beneficio personal que obtenemos al ser más sostenibles», agregó.
En este sentido, la sostenibilidad emocional implica aprender a valorarnos a nosotros mismos por encima de las expectativas externas y las comparaciones con los demás. Es un proceso que comienza con el autoconocimiento y la aceptación de nuestra identidad y nuestras necesidades reales.
«La solución radica en centrar nuestras decisiones de compra en nosotros mismos, en lugar de seguir las tendencias o las expectativas sociales. Esto implica desarrollar una mayor autoestima y reducir la dependencia de la gratificación instantánea que proporciona el consumo compulsivo«, indicó.
El camino hacia la sostenibilidad emocional no es fácil, pero sus beneficios son profundos y duraderos. Al aprender a enfrentar nuestros complejos y aceptarnos a nosotros mismos, podemos liberarnos del ciclo de consumo insostenible y encontrar una mayor satisfacción en nuestras vidas.
