La Amazonia, el mayor bosque tropical del mundo, que alberga una gran variedad de especies de flora y fauna, está en peligro: los bosques tropicales han sufrido un grave declive en la última década, así lo informó una nota de STATISTA. En términos de hectáreas perdidas, Brasil supera con creces a cualquier otro país, con la alarmante cifra de alrededor de 1,5 millones de hectáreas de bosque tropical primario destruidas por año entre 2021 y 2023, según revelan los datos del Instituto de Recursos Mundiales (Global Forest Review).
La República Democrática del Congo (RDC) ocupa el segundo lugar en la lista mundial de pérdidas de bosques primarios tropicales. La selva del Congo, un 60% de la cual está en ese país, es comúnmente considerada como el “segundo pulmón del mundo». Como muestra nuestro gráfico, la RDC es la segunda nación, después de Brasil, no sólo por la extensión de su bosque tropical, sino también por el grado de destrucción, ya que entre 2021 y 2023 se talaron alrededor de medio millón de hectáreas al año de este bosque primario. Además del desarrollo del sector minero y la extracción de madera, la agricultura es la mayor causa directa de deforestación en esta región.
En los últimos tres años, las regiones tropicales del mundo perdieron un total de 11,6 millones de hectáreas de cobertura arbórea. Además de Brasil y la República Democrática del Congo, las mayores pérdidas se registraron en Bolivia, Indonesia, Perú, Laos, Camerún y Malasia. En conjunto, estos ocho países suman casi el 80% de la destrucción mundial de selvas tropicales.
De acuerdo con un reciente reporte del World Resources Institute (WRI) en 2023 al menos 3.7 millones de hectáreas dejaron de ser bosques tropicales primarios, una extensión que casi equivale a la superficie de Suiza. El ritmo con el que se termina con las zonas forestales equivale a diez campos de fútbol por minuto, señala el informe publicado el 4 de abril.
Cuatro países de Latinoamérica figuran en la lista de los diez más deforestados en el planeta durante 2023: Brasil, Colombia, Bolivia y Perú. Los dos primeros, sin embargo, presentaron porcentajes de deforestación menores que los registrados en el 2022.
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A diferencia de años anteriores, Brasil y Colombia han visto avances en la conservación de sus bosques. En el caso de Brasil, en 2023 la deforestación se redujo en un 36 % con respecto al 2022. En Colombia, los números indican que la pérdida de bosque disminuyó en 49 % si se compara con el 2022.
En contraste, otros países latinoamericanos no han logrado detener la pérdida de sus bosques. En Bolivia, por ejemplo, la deforestación creció en 27 % en 2023 comparado con el año anterior.
En Perú, la deforestación tuvo una mínima disminución durante el 2023, de apenas el 6 %, si se compara con el 2022.
Deforestación no disminuye en Perú
Perú ocupa el quinto lugar en el ranking de los diez países con mayor pérdida de bosques primarios en el mundo. En 2023, la deforestación alcanzó 150 398 hectáreas, una cifra ligeramente menor de las 160 991 hectáreas que se registró en 2022, según el informe de WRI.
De acuerdo con Sandra Ríos, investigadora del Instituto del Bien Común (IBC), los resultados del análisis de WRI señalan que los problemas de pérdida de bosques en Perú continúan. “Se está perdiendo bosques en cifras por encima de lo que ocurría hasta el 2010. No descendemos por debajo de 70 000 hectáreas anuales que era lo que pasaba antes del 2010”.
La deforestación no disminuye porque los problemas siguen presentes, añade Ríos. “No estamos cumpliendo con los compromisos que hemos asumido de aquí al 2030 y al 2050. Y tenemos que considerar que en el período analizado probablemente aún no se muestren los resultados de decisiones que se han tomado a inicios de este año con la ley a la que llamamos antiforestal”.
Se trata de la modificación de la ley forestal, aprobada recientemente por el Congreso de la República. Una cuestionada norma que según expertos en el tema abre las puertas para una mayor deforestación en Perú.
“A partir de este gran cambio es probable que nos vayamos a enfrentar a un año atípico; el riesgo es que lo que suceda este año nos marque nuevamente como sucedió en el 2012 con aumento significativo de deforestación”, agrega Ríos.
Para Julia Urrunaga, directora en Perú de la Agencia de Investigación Ambiental (EIA por sus siglas en inglés), “la razón por la que esta deforestación se mantiene y avanza es porque hay una impunidad total. No hay voluntad política para detenerla.”.
Urrunaga recuerda que uno de los argumentos para la aprobación de la ley fue la nueva normativa de la Unión Europea, aprobada en abril de 2023, que prohíbe las importaciones de café, cacao, carne de ganado vacuno, soya, aceite de palma (y una serie de sus derivados), madera, caucho, carbón vegetal y papel impreso que estén relacionados o hayan sido obtenidos de bosques deforestados.
La especialista también señala que los resultados positivos que se han dado en Colombia y en Brasil demuestran que “es posible reducir radicalmente la deforestación, siempre que exista voluntad política e implementación real de las normas nacionales. Necesitamos autoridades que entiendan lo que está en juego y prioricen los bosques y las poblaciones que dependen de ellos”.