Un año después de los Juegos Olímpicos de París 2024, el legado sigue vigente: reducción histórica de la huella de carbono, paridad total entre atletas y transformación del espacio urbano convierten a esta edición en un referente global para futuros eventos deportivos.

Por Stakeholders

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Un año después de los Juegos Olímpicos de París 2024, el legado de esta edición se mantiene vigente como un referente de sostenibilidad, innovación urbana, igualdad de género y transformación cultural. Lejos de haber sido solo una fiesta deportiva, París 2024 consolidó un nuevo modelo para el futuro del olimpismo, alineado con los principios de la Agenda Olímpica 2020. En esta nota te explicamos qué llevó a estos juegos a ser uno de los mejores de la historia.

Una visión urbana y abierta al mundo

Por primera vez, el centro de una gran ciudad fue el escenario principal del evento. París transformó sus calles, plazas y riberas del Sena en sedes accesibles y simbólicas: desde el voleibol playa bajo la Torre Eiffel hasta competencias urbanas en la Place de la Concorde. El deporte se integró con el entorno urbano y se convirtió en una experiencia pública y democrática.

El Centro Acuático Olímpico, única infraestructura construida especialmente para los Juegos, fue diseñado para convertirse en un espacio deportivo de uso comunitario. Hoy, junto con la Villa Olímpica transformada en viviendas accesibles, forman parte del nuevo paisaje urbano sostenible de Seine-Saint-Denis, uno de los distritos más desfavorecidos del país.

Menos carbono, más circularidad

Uno de los logros más destacados fue la reducción histórica de la huella de carbono. Con una meta de 1,75 millones de toneladas de CO₂ equivalente, los Juegos cerraron con 1,59 millones, la mitad de las emisiones generadas en Londres 2012 o Río 2016. Esto se logró gracias al uso de infraestructuras existentes y temporales, una logística eficiente y una estrategia de economía circular que reutilizó o donó el 90% de los materiales utilizados.

Además, el 100% de la energía empleada durante los Juegos provino de fuentes renovables, marcando un hito en la historia olímpica.

Igualdad real y participación colectiva

París 2024 fue también la primera edición con paridad total entre atletas hombres y mujeres, un avance sin precedentes impulsado por el Comité Olímpico Internacional. Esta paridad se replicó en los equipos de voluntariado, en los portadores de antorcha y en la organización.

Uno de los gestos más simbólicos fue el Marathon pour Tous, una carrera abierta al público que permitió a miles de corredores amateurs recorrer el mismo circuito que los atletas olímpicos, con paridad de género entre los participantes.

Cultura, deporte y cohesión social

Durante tres años previos a los Juegos, Francia desarrolló una ambiciosa Olimpiada Cultural, con más de 111.000 actividades en todo su territorio, fortaleciendo el vínculo entre deporte, arte y comunidad.

Asimismo, se impulsaron más de 1.500 proyectos sociales vinculados al deporte, que hoy benefician directamente a cerca de 4,5 millones de personas, en línea con el objetivo de hacer del olimpismo una herramienta para el desarrollo humano.

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