Por Stakeholders
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La Universidad del Medio Ambiente se ha convertido en la primera universidad en Latinoamérica especializada en sostenibilidad. Está ubicado en Valle de Bravo, en Estado e México.
Su modelo educativo, por el cual ha sido reconocida con diversos premios, la vuele singular. Principalmente concibe a los estudiantes como “agentes de cambio socioambientales” o “inconformes activos”.
«Por lo regular, la gente “no sabe qué es la sostenibilidad más allá de una idea genial, por lo que es importante descubrir qué es. Sabemos que hay que cambiar mucho de lo que estamos haciendo: cómo comemos, cómo nos educamos, cómo nos transportamos, cómo hacemos negocios, todo se tiene que repensar. Necesitamos entonces muchísimos agentes de cambio que estén inconformes con que tengamos procesos no sostenibles y que estén pensando e investigando desde sus trincheras cómo sí podemos hacerlos sostenibles.”, cuenta Victoria Haro, cofundadora y rectora de esta institución que abrió en 2012.
La UMA, además, procura tener un balance o integración entre lo científico/racional y lo afectivo/emocional. “Hay personas que quieren hacer cambios sociambientales a las que no les interesan las soluciones técnicas o entender la ciencia alrededor de los problemas, y hay otras personas que más bien confían plenamente en la ciencia y tecnología y que no consideran relevante desarrollar o explorar la parte afectiva o emocional. Yo creo que, en realidad, se necesitan de las dos cosas. La ciencia puede ser colonialista, materialista, puede crear problemas, pero no toda la ciencia es así, y puede ser también un método híper valioso y útil para encontrar soluciones», agregó Haro.
El campus ha sido un elemento importante. Está ubicado a pocos metros del bosque en la comunidad rural de Acatitlán, en Valle de Bravo. Asimismo, el modelo semi-presencial también ha sido un factor clave para lograr este balance.
“Estar cerca de la naturaleza o en la naturaleza te permite desarrollar una relación con ella más profunda de la que podrías tener en la ciudad, una que sirva como fuente de energía e inspiración. Si continuamente estás relacionándote con lo que no funciona bien y quieres cambiar porque estás inconforme, el estar cerca de la naturaleza te permite conectar para no caer completamente en la frustración y encontrar un balance con la apreciación.”
