Dra. Julianna Ramírez Lozano
Docente CENTRUM- PUCP
La gestión del Valor Compartido, como su nombre lo dice busca ante todo generar un beneficio compartido, ético y sostenible para la empresa y sus grupos de interés. Es decir, una posibilidad valiosa que les permite a las empresas mejorar su gestión o mejorar sus procesos diarios mediante políticas y prácticas socialmente responsables, pero a su vez también, generar un crecimiento y mejorar las condiciones de vida de sus grupos de interés como los consumidores, proveedores, colaboradores, accionistas, comunidad, gobierno, medio ambiente, incluso la competencia. Y esto sólo es posible gracias a toma de decisiones de los directivos y los líderes éticos y el diseño e implementación de políticas y prácticas dirigidas a generar valor compartido en los grupos de interés. Las empresas sólo serán sostenibles en el tiempo cuando hayan logrado relaciones sólidas con los sus grupos de interés.
La gestión del valor compartido se convierte en un llamado a las empresas para que puedan tener un mejor comportamiento ético y renovar sus procesos y actividades de negocios; tomando en cuenta el entorno social en el cual se desempeñan, sin sacrificar la búsqueda y obtención de utilidades pero si concientizando las necesidades y los beneficios que se pueden alcanzar en el sector social y medio ambiental.
Hoy se promueve la sostenibilidad en las empresas pero debemos ser conscientes que vivimos en un país donde aún no cumplimos la ley. Por tanto, este es el principal reto. Luchar contra el sistema informal en cual vivimos. En el Perú sólo el 30% de las empresas son formales. Si bien el gobierno tiene la principal responsabilidad de contribuir con políticas públicas de formalizar el sistema, sin duda esta labor recae también en las empresas privadas, públicas y de tercer sector en su necesidad de fomentar la responsabilidad social en sus proveedores por ejemplo.
Un segundo punto a tener en cuenta son las tendencias que acompañan la sostenibilidad empresarial. Hoy en día las empresas tienen que estar pendientes de prestar atención a las nuevas tecnologías, al nuevo consumidor “millennials” y “centennials” que llevan un discurso más democrático y solidario, con especial atención al consumo responsable, que se preocupa y cuida el medio ambiente, que está pendiente del cambio climático, que está dispuesta a exigir a las empresas un mejor comportamiento con todos sus grupos de interés.
En este sentido debemos entender hoy más que nunca que la Responsabilidad Social Empresarial debe estar orientada a la sostenibilidad de su cadena de valor del negocio de la empresa, cualquiera que sea. Todas las empresas pueden tener en su propósito el generar negocios sustentables. Y la mayor evidencia de esta labor se da cada día en el relacionamiento de la empresa con cada uno de sus grupos de interés. Vivimos en un nuevo contexto, conectado al mundo y muy globalizado pero donde lo relevante es regresar a la esencia básica para ser socialmente responsable, ello implica tener líderes éticos y responsables, el cuidado de la cultura, la búsqueda de una buena comunicación, procesos transparentes, políticas y prácticas que busquen las generar valor compartido para la empresa y sus grupos de interés. Sólo en la medida que todos ganan, se generan sinergias, lazos a largo plazo y negocios sustentables.